— ¿Jugar en la selección fue lo que esperabas y habías soñado?
— La selección me dio mucho: primero, la posibilidad de irme al
exterior porque fue una vitrina; segundo, el prestigio que a cada
jugador le da el vestir la camiseta; y después, el hecho de haber
trabajado con gente buena, profesional, con compañeros que siempre
dejaron cosas positivas.
Me dio mucho y le voy a seguir teniendo ese cariño a pesar de haberla
dejado. Lo más lindo de mi carrera ha sido vestir la camiseta verde.
— ¿Cómo te vas, feliz o triste?
— Feliz, porque como les decía a los periodistas en Santa Cruz (el día
de su despedida), el jugador boliviano es el que más corazón le pone a
su camiseta, tenemos el corazón más grande de todos los futbolistas de
Sudamérica porque mientras que en otros países se ve progreso, brindan
condiciones y comodidades, a nosotros no, y sin embargo seguimos
metiéndole el pecho, poniéndole el hombro, la espalda, las piernas,
todo.
Cuando nos ponemos esa camiseta, que para nosotros tiene mucho valor, no hay nada mejor.
— ¿Hubo cosas que te provocaron dolor y amargura?
— Hace muchos años que seguimos pidiendo mejores condiciones de
infraestructura, por lo menos de canchas, pero nunca nos escuchan.
Siempre hay crítica, siempre tratan de hacernos quedar mal a los
futbolistas, ya sea por resultados o por otros temas; pero a nosotros
nos fortalece, porque hace que el corazón aguante, que el jugador
aguante y soporte muchas cosas solamente por defender la camiseta. Ojalá
algún día lo reconozcan y los bolivianos sepan la calidad humana que
tenemos como jugadores. Quizás no tenemos las condiciones que tienen
otros países, pero sí el corazón más grande, la ilusión y las ganas de
siempre dar lo mejor.
— ¿El fútbol boliviano tocó fondo?
— Está mal y uno igual le pone el pecho. Hay que ser conscientes, no
estamos en igualdad de condiciones que las demás selecciones, esa es
nuestra realidad, nosotros pedimos las mínimas pero nunca nos las dan.
Molesta escuchar frases de personas que quizá jugaron al fútbol o
vistieron la camiseta o no, diciendo que no la queremos o no la
sentimos. Nunca fue así, nosotros nunca fuimos a la selección por el
dinero, nunca un jugador se hizo millonario en la selección boliviana.
Siempre estamos ahí y la queremos defender sabiendo la diferencia que
hay con otros países, pero luchamos por ganar, a veces no nos alcanza y
cuando no nos alcanza le pedimos ayuda a la gente, al dirigente, nos
cansamos de pedir. Hasta ahora la selección está buscando canchas para
entrenar, a ver si les prestan o no, es triste eso.
— ¿No crees que estás dejando la selección sin que haya alguien para sustituirte?
— Van a aparecer, hay jugadores como el chico Pablo Pedraza, como
Cristian Coímbra, está Ronald Eguino, quien ya sin duda tiene que jugar;
están Edward Zenteno, Edemir Rodríguez. Hay talento también en equipos
más chicos, que tienen la ilusión de estar en la selección y ojalá sea
quien sea que le toque vestir esa camiseta lo haga lo mejor posible,
porque la selección es lo más lindo, lo más alto a lo que puede aspirar
un jugador de fútbol. Es tiempo de dar oportunidad a los más jóvenes.
— ¿Por qué al jugador boliviano le falta jerarquía?
— Para tener jerarquía hay que obviamente trabajar, mejorar el torneo,
potenciar las divisiones menores, potenciar a la selección porque a los
bolivianos que van al exterior y tienen mejores condiciones les va bien,
no hay un jugador nacional al que le haya ido mal. Afuera todos
evolucionaron, crecieron y agarraron esa jerarquía porque sumado a su
talento tienen las condiciones, la competencia adecuada y nosotros
tenemos que apuntar a eso para ver un fútbol más rápido, más vistoso y
dinámico, más lindo para los ojos.
— ¿Este momento, cuando decides irte de la selección, es el más difícil de tu carrera?
— Hasta ahora es lo más triste que me ha tocado en el fútbol,
despedirme de la selección. Para mí la selección fue lo mejor que me
pasó, es un sentimiento de todos los que vestimos esa camiseta, pero por
ese sentimiento dejamos a la familia mucho tiempo, muchos van
lesionados, se entrenan buscando recuperarse lo más rápido posible. La
selección te mueve cosas que son tres veces más grandes que un club, eso
lo sabemos todos, y queremos estar siempre más allá de los resultados.
— ¿Así como está el fútbol es bueno ilusionarse con llegar al Mundial de Rusia 2018?
— Hoy por hoy estamos en las mismas condiciones de las otras
selecciones en cuanto a material humano, además estamos todos con cero
puntos, cero partidos y la ilusión siempre va a estar, así haya
candidatos a clasificarse como Brasil o Argentina. Hay que pelearla por
los otros cupos, ese fue siempre el objetivo y la ilusión de ir a un
Mundial no se puede apagar. A mí no me va a tocar ya, pero a mis
compañeros sí, por eso siempre sugerimos a nuestros gobernantes y
dirigentes que nos den condiciones para trabajar con mejor
infraestructura, si no te dan se hace más difícil, pero asimismo debemos
luchar.
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