“Acá es otro mundo; si no aprovechás tu momento, hay otro detrás ‘comiéndote’ los talones”, dijo a EL DEBER Guzmán un volante zurdo. El estilo del boliviano es prometedor, ya que le gusta ir al choque pero también tiene abundante calidad. Él se identifica con el estilo de Exequiel Palacios, la última ‘joya’ del ‘Millonario’, que pretende Real Madrid.
“No me termino de acostumbrar a la vida en Buenos Aires, pero estoy acá por el fútbol, es lo único que me sostiene, sino estaría en mi casa”, confiesa Guzmán, quien desde que arrancó su andar en la capital argentina en marzo de 2014 solo ve a su familia una vez al año.
A través de la Escuela de Fútbol Milton Melgar, el cruceño fue invitado a probarse en Argentinos Juniors, donde permaneció un año y fue campeón en baby (futsal), hasta ser observado por un reconocido agente que lo hizo probarse en Boca Juniors y River.
“Ya había quedado en Boca, pero como debía esperar unas semanas para incorporarme, hasta eso mi representante (Gustavo Pedrozo) me llevó a River y ahí el coordinador de inferiores (Gabriel Rodríguez) me dijo ‘quedate acá de una vez, te damos la pensión y el colegio’”, relata.
El revés de FIFA
Desde mediados de 2015, Guzmán está en el cuadro de la banda roja, donde nadie lo llama por su nombre. En River, Samuel es ‘Bolivia’. Al principio fue duro, llegó a estar tres meses sin dormir normalmente. “No quería volverme, pero extrañaba mucho”, admite quien transitó de la novena a la sexta división. Y aunque posee talento para estar en un nivel superior, River no puede ficharlo oficialmente por su condición de extranjero hasta cumplir los 18 años, según el reglamento FIFA.
“Ni bien llegué a River presentamos una solicitud de habilitación a FIFA que fue rechazada recién hace un mes. Apelamos al TAS (Tribunal Arbitral del Deporte) y no sirvió; solo puedo jugar en Bolivia”, explica Guzmán, cuya esperanza de disputar el torneo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) renacía a cada cambio de almanaque. Finalmente solo compitió en la paralela Liga Metropolitana, aunque el verano pasado jugó amistosos con su categoría de AFA y viajó a Estados Unidos para participar de la Dallas Cup, uno de los torneos juveniles más importantes del mundo.
“Todos los técnicos que tuve me dijeron que tengo condiciones para llegar a Primera. Estoy más motivado para salir adelante, nunca me ‘achiqué’ y tampoco lo voy a hacer ahora”, asegura.
El cambio de mentalidad fue clave para que Guzmán se adapte al fútbol argentino. “Vi chicos que vinieron a probarse y, como que ven el estadio, sienten miedo y se ‘achican’. Es sicológico”, sostiene.
Guzmán persigue la suerte que le toca vivir con esfuerzo y confiando en su capacidad. Ahora su sueño inmediato es vestir los colores de Bolivia.
La esperanza de recibir un llamado que nunca llegó
Así como sus ojos brillan cuando se imagina en el primer plantel de River, también se apagan al hablar de la chance aún esquiva de jugar en una selección boliviana. “Dicen que estoy en observación, pero jamás me llamaron a mí ni a nadie del club. Incluso, el coordinador de inferiores (Gabriel Rodríguez) tiene que llamar para avisar que hay un boliviano acá, él mismo le habló a César Farías hace dos meses, por apoyarme”, sostiene con tristeza Guzmán.
La desazón no es únicamente del volante cruceño, ya que también es compartida con otros jóvenes bolivianos que se desarrollan en la Argentina, como Luis y Sebastián Melgar, jugadores de Argentinos y Boca, respectivamente.
“Siempre decimos que pasamos desapercibidos, a pesar del tiempo que tenemos acá. Tiene más posibilidades de ser citado a la selección boliviana un chico de segunda división de Bolivia que nosotros”, dijo Guzmán.
De taquito
Sport Boys
Ante la imposibilidad de fichar en River, volver a Bolivia se tornó en una opción viable para tener rodaje. Sport Boys ya lo aguarda. César Vigevani conversó sobre Guzmán con su colega Gabriel Rodríguez.
Busca una chance
“Si me dan la oportunidad, la voy a aprovechar”, dijo el juvenil, quien sabe que entrenarse en el equipo warneño podría ayudarlo a mostrarse y estar en una nómina de la Verde para el Sudamericano sub-20 de 2019.
Anécdotas
“Nunca voy a olvidar cuando River ganó la Recopa Sudamericana (2017) y Sebastián Driussi me hizo pasar al vestuario, lo disfruté tanto que no saqué fotos”, recuerda Guzmán. Driussi lo motivó a nunca bajar la cabeza.
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