lunes, 19 de diciembre de 2016

Jose Alfredo Castillo “Siempre hay más chances de ser goleador en la altura”

Cuando parecía que su carrera estaba por terminar, José Alfredo Castillo resurgió con lo que mejor sabe hacer, goles. El atacante de Guabirá pasa por un gran momento, como el que lo llevó a ser el máximo goleador del mundo en 2001 (42 tantos) jugando para Oriente.

Ahora no ha convertido esa gran cantidad de goles, pero ha superado la docena de tantos en un equipo que está en el fondo de la tabla del Apertura. El Pícaro reconoció que ahora está en su peso ideal y que los 33 años que tiene no le pesan, pues ahora hasta está ilusionado con volver a la selección nacional.

El duelo con Miguel Callejón, por ser el máximo artillero, no lo inquieta, por lo que solo confía en que las cosas se den en esta recta final del campeonato.

¿Cómo vive su presente en Guabirá?

Agridulce, porque si bien estoy pasando por un buen momento personal el equipo no puede ganar y se encuentra en la zona baja de la tabla de posiciones, así que todo esto hace que uno no pueda festejar del todo.

¿Es difícil ser goleador de un equipo que está colero en el torneo?

Siempre es complicado, porque cuando jugás en un equipo que no es grande tenés pocas ocasiones de goles, así que uno tiene que ser efectivo para poder destacarse. Además, es difícil también porque nosotros luchamos contra todo, hasta con los árbitros. Por ejemplo, ya tuve problemas con el tema arbitral cuando me suspendieron por tres partidos por reclamar algo que era injusto. Al final, esto te quita continuidad en lo personal y perjudica a Guabirá, en este caso.

¿Cuánta ventaja tienen los delanteros que juegan en clubes grandes?

Es considerable. A mí me ha tocado jugar en equipos grandes y estos siempre proponen juego de local y de visitante, por lo que siempre hay mucho más volumen ofensivo y las situaciones son constantes, es decir que hay muchas posibilidades de anotar goles; no así en los equipos chicos, en los que tenés una o dos ocasiones por partido y no podés darte el lujo de fallar.

¿Cuál fue clave para recuperarte?

Lo importante para estar en este nivel ha sido la confianza que he recibido, pero esto viene acompañado también con mi estado físico, ya que trabajé mucho para ponerme al 100%. Además, realicé una labor para fortalecer mis piernas, que eran el principal problema cuando estuve en Oriente y en Sport Boys.

La pretemporada la aproveché al máximo gracias al profesor Marcelino Amelunge, que me ayudó a estar en buena forma, es así que los resultados, en lo personal, se están viendo.

¿Se fue en deuda de Oriente?

No creo. El primer torneo que jugué me costó mucho porque no estaba bien físicamente, pero en el segundo, cuando estaba al mando Xabier Azkargorta, ya estaba bien y merecía ser titular, aunque eso llegó después de que le demostré al entrenador que era un aporte.

Después, la llegada de Ángel Guillermo Hoyos me quitó continuidad, cuando había terminado de titular (el anterior torneo) y en buen nivel, anotando goles.

¿Por qué cree que Hoyos le dejó fuera del onceno titular?

Siempre tuve el respaldo de Guillermo, lo conozco desde cuando estuvo dirigiendo en Bolívar. El hecho de que no haya sido titular fue una decisión técnica, la cual siempre respeté, y pese a eso siempre trabajé al cien por cien y fue así que en los últimos partidos terminé ganándome el puesto y anotando goles. Eso me levantó en todo sentido porque fue un aliciente para la temporada que se venía.

¿Por qué no siguió en Oriente Petrolero?

Porque la dirigencia estaba haciendo un recambio, ellos buscaban gente joven, a los que querían darles oportunidad, por lo que vieron que estando yo en el equipo no iban a tener chances estos chicos, así que tuve que dar un paso al costado; también fue porque los dirigentes quisieron rebajarme el sueldo, algo que me pareció ilógico, así que sin problemas decidí tomar otra opción.

¿Qué le hizo aceptar la propuesta de Guabirá?

Sobre todo, porque estoy viviendo en Santa Cruz y no quiero cambiar el colegio de mis hijos todo el tiempo, además las ofertas que hubo de clubes del interior no fueron importantes así que decidí quedarme en Guabirá, que me abrió las puertas.

Su relación con Tucho Antelo alguna vez fue tensa (en Oriente), ¿eso cambió ahora?

Con el profe no tengo problemas. Es verdad que la gente y la prensa especulan sobre mi amistad con él porque es un técnico disciplinado y a mí me conocieron por ser un tipo que le gusta la noche, pero eso fue en su momento, cuando era joven, ahora cambié radicalmente. Tengo la esperanza de que con él vamos a salir de este mal momento.

El equipo se ve más ofensivo con el nuevo DT, ¿cuánto le favorece eso?

Siempre ayuda. Pero pienso que lo único que no estamos haciendo bien es manejar los partidos cuando estamos ganando. El único rival que nos superó fue The Strongest, pero después con Bolívar, Oriente, Wilstermann y Blooming teníamos la chance de ganar, aunque no supimos administrar bien los resultados y eso nos costó caro.

Uno pensaba que ya no volverías a tener vigencia, ¿qué le hizo reaccionar?

Nada en especial, sólo que me puse bien físicamente y llegué a mi peso ideal, con el que tengo que jugar (79 kg). En el fútbol no hay secreto, solo hay que trabajar porque gracias a Dios me dio el don de ser goleador y eso lo he complementado con la parte física, por eso es que estoy demostrando mi valía.

¿Se arrepiente de alguna decisión que tomó en algún momento de su carrera?

Pienso que en su momento tomé la decisión correcta, eso es lo que creo y por eso tengo la fuerza de seguir adelante, sin mirar atrás. Lo importante es que donde fui disfrute del fútbol, aunque sí me hubiera gustado jugar en Europa, que fue lo único que me faltó, aunque tuve chances para ir a dos clubes, pero al final no se dio. Soy agradecido con Dios por todo lo que me dio hasta ahora.

¿Por qué no se quedó en Atlético Mineiro?

Son cosas de la vida, pienso. El problema fue que el club Tecos (de México) era dueño de mi pase y la dirigencia me pidió que firme dos años más de contrato y en ese tiempo que estábamos en disputa con los mexicanos se pasó el plazo que me dio Atlético Mineiro para que regrese a Brasil a negociar un nuevo préstamo. De esa manera, la gente de Tecos no quiso prestarme y yo no quise renovar, así que tuve que regresar a Oriente Petrolero.

¿Cómo se cuida para estar en su peso?

En el tema de las comidas, trato de mantener mi peso (79 kg), que es lo único que me preocupa, porque entiendo que esa es la clave para estar bien en la parte física, ya que debido a eso es que estoy en un buen momento personal.

Por el nivel que está demostrando, ¿aún le ilusiona la Selección nacional?

Sí, y mucho. Quiero volver a vestir la Verde y no hay que hablar de la edad, porque ahora hay algunos que son mayores que pasan por un buen momento en sus equipos. Creo que la selección es para los que están mostrando un buen nivel, por lo que pienso que hoy merezco ser convocado.

¿Por qué no destacó en la Selección?

Creo que no tuve las oportunidades y la mayoría de los técnicos tampoco me dieron la confianza, ya que los que apostaron por mí vieron los resultados. Si uno analiza los números fríos, tengo seis goles en nueve partidos de titular que jugué y si hablamos de una media de goles me parece que es buena.

¿Cómo ve el duelo que hay con el español Juan Miguel Callejón por ser el goleador?

Yo estoy muy tranquilo en ese sentido, aunque seguro que voy a dar lo máximo para alcanzar esa meta. Cuando llegué a Guabirá me tracé el objetivo de llegar a 10 goles y gracias a Dios logré superarlo, nunca pensé en ser el máximo goleador, ya que los equipos grandes siempre cuentan con delanteros importantes y tienen más volumen ofensivo.

Pero ahora estoy motivado porque la posibilidad es real, así que veremos qué es lo que pasa en la recta final del torneo.

¿Es difícil ser goleador en un equipo que está último?

Con todos los que estoy peleando son delanteros que militan en equipos de altura; de La Paz, Oruro, Potosí y Sucre, así que la lucha es muy difícil, pero es algo que ya lo viví cuando jugaba Joaquín Botero (en Bolívar) y yo salí adelante (en Oriente, en 2001, cuando fue el artillero con 42 tantos). También jugué en La Paz (la Academia), y siempre hay más chances en la altura.

¿A quién ve como goleador después de usted y de Saucedo?

Hay muy pocos, y eso preocupa. Uno está de salida y mira hacia atrás y no ve a nadie. Cuando comencé a jugar (en Oriente) estaban de salida los Ramallo, los Peña, y estaban vigentes los Sucha Suárez y otros, pero ellos miraban atrás y veníamos varios como Botero, Cristian Reynaldo, Carlos Cárdenas; había varios.

Hace varias temporadas que los extranjeros son goleadores, excepto el Caballo Saucedo, cuando estuvo en Oruro, aunque estamos hablando de jóvenes. Es difícil ver a alguien, aunque recién apareció Dani Bejarano, en Oriente, ojalá que pueda tener la confianza y que demuestre que es goleador. Hay que formar más goleadores, los necesitamos.

¿Cómo está Guabirá como club?

El presidente Rafael Paz está solo, necesita apoyo de las empresas e instituciones de Montero. Me molesta que le den la espalda a un club que representa a toda una ciudad, así lo siento por el poco apoyo que se tiene, es como si les gustara (a los hinchas) que su equipo juegue en la Primera A. No entiendo cómo es que no aprovechan que tienen un representante en el profesionalismo, no todos cuentan con ese privilegio.

¿Qué espera para el próximo año?

Quiero salir de nuevo al exterior. Tengo dos posibilidades que estamos viendo con mi representante, así que vamos a esperar qué pasa luego de este torneo. Voy a luchar para ser el goleador porque sé que eso me abre más mercados.

Tiene 33 años, ¿hasta cuándo piensa jugar?

Cuando uno está bien físicamente piensa que tiene 20 años, eso me pasa ahora, me siento como hace 10 años y con ganas de seguir adelante. Me he puesto un plazo de 36 años, pero hay que esperar si se da.

¿Aún quiere retirarse del fútbol en Oriente?

Siempre lo pienso, pero será Dios el que decida si podré retirarme en el club que amo y del cual soy hincha.



HOJA DE VIDA

Nombre José Alfredo Castillo Parada.
Lugar y fecha de nacimiento En Santa Cruz, el 9 de febrero de 1983.
Familia Alexandra Aponte (esposa); José Andrés, José María, Danna y José Alfredo (hijos).

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