miércoles, 22 de agosto de 2018

Rimba reivindicó a la hoja de coca ante FIFA



Lola Alvis Valenzuela nació en la provincia beniana de Reyes y cuando todavía era pequeña se fue con sus padres a residir a Riberalta, donde formó una numerosa familia. Allí inculcó valores a sus 10 hijos. No sabía leer ni escribir, era humilde, pero tenía principios sólidos y se preocupaba por transmitir a sus retoños el cultivo y aplicación de los buenos hábitos.

Convencida de que crió bien a sus hijos, nunca dudó de la inocencia de Miguel Ángel Rimba Alvis, a quien la FIFA suspendió de toda actividad en el fútbol por haber dado positivo en un control antidopaje después del resonante triunfo de Bolivia sobre Brasil (2-0) el 25 de julio de 1993.

Esa comunicación transmitida directamente por Joseph Blatter, entonces secretario general de la FIFA, cayó como una bomba no solo en la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) y en la concentración de la Verde, sino en todo el país que todavía estaba en resaca del festejo por el triunfo de David sobre Goliat.

No era el único afectado, también el arquero brasileño Armelindo Donizetti, suplente en ese juego, dio positivo.

La Federación Boliviana de Fútbol (FBF) respaldó al jugador con todo. Profesionales en leyes y medicina colaboraron con la dirigencia para establecer que ingerir mate de coca no es lo mismo que consumir cocaína. Brasil fue por otro camino y desafectó a Zetti.

El 6 de agosto de 1993 la Comisión Organizadora del Mundial Estados Unidos 1994 levantó la suspensión a ambos. Un triunfo para el país fuera de la cancha.

En estas páginas que recuerdan los 25 años de la memorable clasificación de la Verde, ese episodio es contado por Rimba, para quien Bolivia cometió “un gran pecado” al ganarle a Brasil.

“Estábamos felices con ese triunfo, pero llegó esa noticia que cambió mi ánimo. Estaba muy afligido, pero con la conciencia tranquila. Nunca he ingerido nada ni para levantar mi rendimiento deportivo o por alguna situación personal. Mi familia estaba segura de mi inocencia porque teníamos principios y valores bien fuertes”, cuenta Rimba hoy.

Miguel Rimba (centro) con el técnico Xabier Azkargorta y con el preparador físico de entonces Luis Orozco. Foto: Eduardo Schwartzberg-archivo

Prueba contundente en la defensa fue que en cuatro controles no había dado positivo y su intachable carrera avalaba su conducta. Además se dejó claro que el uso medicinal de la coca no es prohibido en Bolivia y Perú.

“Todo el país me apoyó, dirigentes y aficionados se expresaron. Sentamos un precedente y la resolución final también ayudó a Zetti, quien agradeció todo el trabajo hecho en Bolivia y nos hicimos amigos, aunque hoy ya se perdió el contacto”, agrega.

El grupo se hizo más fuerte, el cuerpo técnico supo manejar la situación y respaldó al “Correcaminos” —como le conocían en el fútbol— y dejó establecido que pase lo que pase Rimba iba a seguir en la concentración hasta el final.

La ratificación de la inocencia fue tomada como un hecho de justicia. “Gracias a Dios todo salió a nuestro favor, ese hecho nos hizo fuertes, en la selección nos hicimos más duros y nos convencimos de que podíamos hacer frente a cualquier adversidad y ratificamos el compromiso que hicimos al inicio de dar todo por llegar al Mundial”.

La alegría siguió con la contundente victoria 3-1 sobre Uruguay el 8 de agosto.

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