En ocasiones resulta raro ver cómo un volante de contención termina siendo el goleador de su equipo, pero Gualberto Mojica Olmos lo hizo. Pese a que Oriente Petrolero no está jugando la final del torneo Apertura, del que fue eliminado por The Strongest, el mediocampista cruceño cierra la temporada en un nivel óptimo, volviendo a ser el jugador que se le conoció en Wilstermann y en Blooming, con liderazgo, con buen remate y, sobre todo, anotando goles de gran factura. Ahora, la mira está puesta en mantener el nivel alcanzado, ya que admite que solo así podrá tener chance de volver a jugar en el exterior y de vestir la camiseta de la selección.
- ¿Cómo evaluás la temporada?
- Tenía toda la ilusión de salir campeón con Oriente, pero ese objetivo, al final, no se dio. Es cierto, sí pude volver a jugar, pero me fue bien a medias porque todos en el equipo añorábamos el campeonato, irnos campeones.
- ¿Te costó volver, digo, por el tiempo que no estuviste activo?
- Todo cuesta, pero quizá a mí se me hizo más fácil por el grupo que había, porque mis compañeros me hicieron sentir contento, cómodo: ellos, el cuerpo técnico y los dirigentes que me contrataron. La confianza y el respaldo de estas tres partes fueron vitales. A eso le agrego el respaldo permanente de mi familia.
- ¿Cómo viste reflejado el apoyo del grupo?
- En la confianza, porque te hacen sentir alegre y porque sentís que te estás divirtiendo. Hubo un partido que me costó jugar cuando ingresé en el segundo tiempo. Venía de una lesión y no lograba entrar. Pero ahí estuvo el respaldo del grupo y del técnico. Al siguiente partido todo cambió, jugué de titular y me fue mejor; estaba claro que había un respaldo grande.
- ¿Por qué Oriente no consiguió ser finalista?
- Porque nos faltó un solo gol; tal vez en el último partido nos entró la desesperación. También creo que en La Paz perdimos una gran chance por no saber manejar el partido, quizá nos faltó leerlo bien, leer que estábamos ganando por 3-1 a The Strongest y que desde todo punto de vista era favorable para nosotros. Todos somos culpables, no hay que achacar a nadie.
-¿Llegó la confianza con los goles?
- Cuando juegas partidos de manera continua agarrás ritmo y si encima marcás goles, eso te otorga una mayor confianza. Tener esto último es muy importante.
- ¿Qué gol fue clave para cimentar tu levantada?
- El que le hice a Aurora, cuando ganamos por 3-0, en Cochabamba. Ese gol me brindó toda la confianza, estábamos de visitante, ganábamos por 1-0 y marco el gol de la tranquilidad.
- ¿Y el que más te gustó?
- En realidad me gustaron tres, el tiro libre a Guabirá, la media chilena que vino en ese mismo partido y el gol a The Strongest en La Paz (también de tiro libre).
- El de media chilena, ¿fue el gol soñado?
- Todos los jugadores y hasta los que no juegan sueñan con un gol así, de media chilena y ante un estadio repleto. En las prácticas sí se ha dado en algunas ocasiones. Es más, cuando jugamos tenis fútbol siempre ensayo chilenas haciendo pareja con Joselito (Vaca) o con el ‘Gato’ (Zabala), pero un gol así fue algo inolvidable.
- ¿Te sorprendió que hasta el diario Marca de España lo hubiera destacado?
- Los familiares que tengo allá me lo habían comentado algo y después mis primos me enviaron los ‘link’. Uno de ellos le sacó una foto al periódico que hablaba de los cinco videos más visto de la semana; mi gol estaba en tercer lugar. Cuando uno recibe este tipo de noticias que son agradables, la confianza y la alegría es aún mayor. Aunque sé también que te otorga responsabilidad.
- ¿Fue tu mejor partido ante Guabirá?
- Fue el mejor del año, hice tres goles y ganamos. La verdad que fue inolvidable.
- ¿Sos volante de marca o de llegada?
- La verdad es que considero que jugué 50 y 50, la mitad marcando y la otra mitad atacando. La ventaja es que tenía mucha libertad para irme al ataque, además que con el volante con el que jugaba, ayudaba muchísimo. Meleán se comía la cancha; en ocasiones toda la marca la tenía que hacer él.
- ¿Conversabas permanentemente con Alejandro (Meleán)?
- Sí, mucho, sobre todo en la cancha. Afuera tenemos buena relación porque también analizamos los partidos que jugamos. Contra Guabirá habíamos dicho que teníamos que ser el sostén del equipo, y lo hicimos.
- ¿Te evaluás pospartido?
- Generalmente lo hago interiormente, soy autocrítico y muy exigente. Después de cada partido hago un análisis y de inmediato pongo la mira en el siguiente.
- ¿Qué cosas, por ejemplo, te criticaste durante la temporada?
- Que tengo que mantener mi ritmo de juego por más tiempo, que cuanto más lo haga, el equipo se verá beneficiado.
- ¿Hay opciones de volver al fútbol del exterior?
- Mi mentalidad es esa, trabajo para eso. Sé que afuera la exigencia es mayor y trato de seguir así para cuando me llegue otra vez la opción.
- ¿Por qué el bache largo después de tu vuelta del fútbol de afuera?
- Cuando volví arranqué bien, pero la lesión de 2008 me hizo bajar el ritmo completamente y me costó recuperarme. Después, los otros dos años, quizás me faltó un poco de suerte. Yo digo que esos golpes uno los tiene que saber aprovechar y hay que tener fe de que siempre viene algo bueno, y si uno hace las cosas bien, ese golpe te va a llegar en cualquier momento.
- ¿Qué aprendiste de la experiencia de afuera?
- Primero a que uno siempre tiene que entrenarse al 100%. Me fui joven (22 años) y la responsabilidad era grande. Después aprendí a alimentarme mejor, a trabajar mejor, a ir al gimnasio y otras cosas más. Eso lo aplico acá. Me fortalecí mucho.
- ¿Seguís teniendo contacto con quienes fueron tus compañeros?
- Sí, uno de mis compañeros en Portugal (jugó en el Paços Ferreira) intentó llevarme en tres ocasiones, aprovechando los contactos que tiene. Hasta ahora seguimos en relación permanente, son las amistades que uno cosecha.
¿Te sientes con mayores opciones de volver a la selección?
- Creo que sí, porque a la selección van los que tienen un gran momento en sus respectivos equipos. Pero tengo claro también que el haber levantado no me asegura un puesto o que me vayan a convocar, esto es paso a paso. No he tenido ningún contacto con Quinteros (seleccionador), pero mi relación con él es buena.
- Las eliminatorias se reactivan en junio, ¿cómo hacer para mantener el ritmo?
- Insisto, mi idea es ir partido a partido, pensar que el duelo que viene es el más importante y luego todo viene por sí solo. Si voy, es porque uno merece estar.
- ¿Por qué creés que se hizo una mejor Copa América con Erwin Sánchez que con Gustavo Quinteros?
- Con Erwin, de los 11 jugadores titulares que entraban, nueve jugábamos afuera. Esa era una gran ventaja que se notó en la disputada en Argentina. Necesitamos exportar jugadores porque cuantos más salgan, a Bolivia le va a ir mejor.
- Si te convocan a la selección, ¿vas como volante de contención o de llegada?
- No sé (sonríe), yo me considero un volante mixto y si tengo que jugar por fuera no tengo ningún problema. Lo que tengo claro que de mitad hacia arriba, seguro que voy.
- Vos ya estuviste con ‘Vitamina’ Sánchez, ¿encontraste alguna diferencia de ese paso al actual?
- Ese año igual peleamos los dos campeonatos; se armó un buen equipo, pero igual nos quedamos cortos por la no obtención del título. Diferencia en sí, no encuentro, porque igual teníamos un grupo espectacular. Pero, insisto, lo único que nos faltó antes y ahora fue haber salido campeones.
- ¿Hay similitud o diferencia entre Blooming y Oriente?
- La hinchada de Oriente es impresionante, es la más grande del país, esa es la verdad y todo el mundo lo sabe. Es muy lindo jugar en Oriente. En Blooming igual, tengo lindas experiencias de ambos equipos porque con Blooming fui campeón y eso jamás lo voy a olvidar. Pero es un privilegio haber jugado en los dos equipos más grandes de Santa Cruz.
- Cuando llegaste por primera vez a Oriente, ¿qué cosas te sorprendieron?
- El fanatismo de su gente. Si bien en los dos grandes uno siente el cariño, me parece que el hincha albiverde es más pasional. Pero también está la presión cuando no juegas bien, porque te silban, aunque creo que esa presión en el fútbol es normal, a veces un poco exagerada, pero normal.
- ¿Es una deuda el título?
- Para los hinchas, los dirigentes y para el mismo equipo, creo que sí. Personalmente tengo un desafío y es ser campeón con Oriente, porque en ambas experiencias siempre me quedé a medias.
- ¿Leés?
- Sí, pero no mucho, pero sí he encontrado libros interesantes. Por ejemplo, me llamó la atención uno de Ángel Cappa que resume que el equipo que intenta jugar siempre tiene mayores posibilidades. Una gran verdad.
- ¿Cómo te ves a futuro?
- Alguna vez lo he pensado y me gustaría estar ligado al fútbol, pero no sé con qué todavía. Quiero seguir disfrutando este presente.
- ¿Sos de los jugadores que aconseja a quienes vienen detrás?
- Me cuesta decir cómo soy, pero en el fondo pienso que soy un buen amigo.
- ¿Por qué remarcás tanto el grupo en Oriente?
- Porque antes de que firme me llamaban y me decían que venga, que la vamos a pasar bien, me mandaban mensajes para que vaya. En casa también todos son orientistas. Mi padre y mi madre me apoyan siempre. Mi padre es fanático del fútbol, va a todos los partidos.
- ¿Tu padre es crítico con vos?
- Cuando tiene que decirme las cosas me las dice sin inconvenientes. Sabe mucho de fútbol porque es un apasionado.
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