Como el retorno del fútbol hasta ahora es incierto y los padres de Ríos no la pasaban bien en Montero, el jugador decidió rescindir contrato con el club paceño, dejar El Alto para volver a casa y ayudar a su familia.
Los días pasaron y viendo que el dinero se va de a poco decidió invertir en la compra de un horno para emprender un negocio con su madre, Roxy Leny Parada, y ahora se dedican a la elaboración de queques.
“Ante la falta de recursos, junto con mi madre ahora estoy vendiendo queques de vainilla, coco, almendra y pasa de uvas, también hacemos pan de arroz y empanadas”, afirmó Kevin, quien dijo que el negocio está yendo por buen camino.
Trabajar de delivery no es un impedimento para que Kevin pueda seguir entrenándose, a la espera que se concrete la salida a un club del exterior, que es el Atlético Chiriquí de la Primera División del Fútbol de Panamá, dirigido por el argentino Miguel Angel Zahzú, que también tiene ofertas para retornar a su país.
El atacante se levanta a las 5:00, ayuda a preparar el pan de arroz, mientras su mamá los hace cocer, de 6:00 a 7:30 se va a la Villa Olímpica para trabajar en la parte física, llega a su casa, se asea y de a pie va a repartir el producto; luego del almuerzo comienza la elaboración del queque para vender por las tardes.
“Soy jugador de fútbol, pero nunca me olvido mis orígenes, que soy Kevin Ríos, es por eso que no me da vergüenza caminar y que la vente me vea vendiendo, no estoy robando, estoy orgulloso de lo que hago, más si es junto a mi madre, porque si no trabajamos no comemos”, afirmó el atacante, que recibe pedidos al celular 73487861.
Ríos, tiene 22 años, se formó en el club Guabirá, jugó en Atlético Bermejo, anotó 104 goles en Juventud Unida, de la Asociación de Fútbol de Tarija, era goleador en Fatic y trabaja para brillar en el fútbol para cuando termine la pandemia del nuevo coronavirus.
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