Es uno de los goleros más experimentados de nuestro fútbol. Varios de los “grandes” clubes lo tuvieron. También la Selección Nacional, de la que espera despedirse si es convocado para jugar alguno de los cuatro partidos que quedan por las eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica 2010.
Ha vivido —y así lo reconoce— uno de sus peores momentos a raíz de una lesión, que casi lo retira abruptamente del fútbol. Pero “revivió” en Bolívar, donde esperó pacientemente su oportunidad y cuando ésta le llegó no la desperdició.
José Carlo Fernández
—que paseó sus atajadas también por clubes del exterior— demostró dos cosas en los partidos que, mientras Carlos Arias estuvo alejado, le tocó jugar custodiando el pórtico de la “Academia”: que no está “roto”, como alguna gente creía, y que pese a las adversidades todavía está vigente.
¿Cómo viviste tu retorno al
fútbol?
Lo viví como la primera vez, primero con mucha ansiedad, con bastante emoción y, lógicamente, esperando que me vaya bien, pero nunca pensé que me iba a ir tan bien como me salieron las cosas.
¿Crees que en estos partidos demostraste que eres uno de los mejores arqueros de nuestro país y que te mantienes en buen nivel?
Sí, creo que estoy en excelente nivel, y creo que los años no pasan en vano, porque la experiencia que uno gana en el tiempo no se va nunca, y está comprobado que el jugador que se cuida en la vida personal, aquél que es profesional siempre, puede estar vigente un tiempo más porque la edad no importa, lo que importa es el trabajo y la perseverancia.
¿Esta etapa de tu lesión fue la
peor de tu carrera?
Sí, fue la peor, porque era un retiro adelantado, debido a que no estaba planificado; pero, bueno, fue la prueba más importante que pasé en mis 15 años como futbolista. Me probé a mí mismo que querer es poder y que el mejor médico que tiene es uno mismo; luché contra todo con el apoyo de mucha gente.
A ti te dijeron en determinado momento que ibas a estar parado más tiempo, que tu lesión era más grave; pero otras opiniones médicas no eran tan duras, ¿qué pensaste en ese momento?
Creía que uno se podía equivocar, no con mala fe, pero cualquier persona se puede equivocar, y en la medicina uno tiene que buscar otras opciones y, gracias a Dios, tuve la suerte de estar acertado y sobre todo, con el tiempo, pude volver a jugar; ese pasaje queda como un sabor amargo, pero sin rencores.
¿Eso marcó tu relación con el médico de Bolívar, Raúl Alberto Morales?
No, mi relación con el doctor “Calichín” ha vuelto a ser como antes, porque creo que las personas nos podemos equivocar y lo más importante es saber reconocer justamente eso. El día que salimos campeones nos dimos la mano y creo que en este torneo (el Clausura) las cosas han sido diferentes (en el trato entre ambos); me alegra mucho, porque en mi caso, por ejemplo, yo no puedo vivir tranquilo estando con rencor o teniendo problemas con alguna persona, y al no tener nada de eso con el doctor Morales duermo tranquilo, sabiendo que estoy haciendo lo que más me gusta.
¿Cómo ha sido tu recuperación física, psicológica y futbolística?
Físicamente ha sido buena porque tengo un preparador físico de primera; además, en la parte futbolística tengo la confianza de Gustavo (Quinteros), del cuerpo técnico. Efectivamente, lo más duro fue lo psicológico, porque yo mismo dudaba con respecto a lo que tenía; también tenía temor de volver a lesionarme, sabiendo que si recrudecía mi lesión sería para decirle adiós al fútbol; pero el apoyo de mi hijo, que me quería volver a ver atajar; el de mis padres, el de mi novia, que me decía todos los días que estaba sano, aunque había días en que pensaba que no iba a poder, me ayudaron para salir adelante; sobre todo creo que Dios me ha premiado con volver a jugar y volver a ser feliz.
Dijiste en algún momento que si te convocaban a la Selección sería para tu despedida, ¿eso significa que has considerado tu retiro?
No volví a ser convocado a la Selección en los últimos tiempos, pero como estaba atajando estos días se abrió la posibilidad, aunque es sólo eso; lo más importante para mí fue volver a jugar, volver a entrar en una cancha, el volver a escuchar a una hinchada coreando mi nombre como en los mejores tiempos, por eso estoy feliz. Ahora vuelve a atajar Arias y no pensé en sentir una tristeza muy grande por no volver a atajar, pero estoy muy contento por él; por mi parte, creo que Dios me premió para que me vaya tan bien en estos partidos por haber sido leal con un amigo que pasó por un mal momento.
¿Entonces no estás considerando retirarte aún?
No, estoy mejor que nunca. Me di cuenta de que no nací para ser suplente y voy a seguir luchando en este club, que me ha dado mucho, al que también yo le he dado. En esos partidos que he jugado ha quedado demostrado que el “Gato” tiene más de siete vidas y voy a seguir disfrutando de esto que es lo que más me gusta, mientras dure.
¿Esta etapa en Bolívar te hace pensar en que vas a seguir en el fútbol por mucho tiempo más?
Sí, no sé cuánto tiempo más, pero sí un año o dos años más. Mi idea es quedarme en Bolívar y ya no estar moviéndome más, además es un club con el que gané todo, que me dio todo y en el momento más difícil me abrió las puertas.
¿Cuál fue el título más especial para ti?
He ganado ocho títulos y creo que todos fueron especiales, pero éste (el del torneo Apertura) que lo gané sin haber jugado un minuto fue muy especial. Pude haberlo visto desde mi casa; sin embargo, luché para volver a jugar. Aunque estuve en el banco en todos los partidos, creo que ése ha sido mi máximo logro, porque era la demostración de que pude superar una lesión muy complicada.
¿Cuál fue la experiencia más terrible que pasaste en estos 15 años de tu carrera?
Ésta, la de mi lesión fue la peor, porque uno piensa que el fútbol es para siempre y de un día para otro parece que se acaba. Fue la más dura pero fue una prueba para darme cuenta de que soy fuerte y que cuando quiero logro lo que me propongo.
¿Y cuál fue la que más disfrutaste?
El haber jugado y que mi hijo estuviera viéndome en la tribuna, eso ha sido lo mejor, que mi hijo esté orgulloso de su padre.
En tu balance, ¿cuál ha sido la etapa más importante de tu
carrera?
El haber debutado en Oriente, el club del cual soy hincha; el haber salido bicampeón con Blooming, haber jugado tantas copas Libertadores y Sudamericana con Bolívar. La Selección, ni qué decir. Además, fui el segundo arquero que jugó en el extranjero, el jugador boliviano que actuó en más equipos extranjeros en la historia. Si me decían eso hace 15 años, ni soñando habría creído que se podía lograr.
¿Crees que has conseguido todas tus metas en la vida o te falta algo más por alcanzar?
Me quedé sin jugar un Mundial, pero creo que jugué algo que muy pocos jugaron, una Copa Confederaciones (México 1999), y creo que logré todo. Mi sueño era jugar un partido en Oriente Petrolero y retirarme, era un sueño de hincha, y terminé jugando 15 años, 10 años en la Selección, soy un jugador bendecido por Dios.
¿Cómo te iniciaste en el fútbol?
En la Academia Tahuichi, a los 17 años. Jugué un año y luego tuve la oportunidad de ir a estudiar a Estados Unidos una carrera universitaria. Después me probé en Oriente, el club que soñaba cuando era hincha, y todo se dio; creo que estuve en el lugar ideal, en el momento preciso, y de querer jugar sólo un partido terminé jugando 15 años; jugué en ocho equipos en el extranjero, en Europa, en México, creo que pocas personas han podido lograr lo que yo he logrado, por eso soy agradecido.
Cuando te retires del fútbol ¿vas a ejercer tu profesión? (es licenciado en Economía y Marketing)
No, nunca la ejercí porque yo digo que soy economista de profesión, pero futbolista de vocación y el fútbol no lo voy a dejar nunca, no sería una persona feliz si no estuviera ligado al fútbol.
En mi estadía en Chile hice un diplomado en Gerencia Deportiva, mi intención es entrar en eso o la representación de jugadores. Quien sabe, mañana pueda ser gerente de un club para poder devolverle al fútbol lo que me ha dado, aunque estoy seguro de que puedo trabajar toda la vida y no podré pagar todo lo que el fútbol me ha dado.
¿Este “Gato” con más de siete vidas fue siempre arquero?
Sí, siempre arquero, aunque comencé como suplente. A los ocho años estuve en la Tahuichi pero mis padres me sacaron porque descuidé los estudios; sin embargo, siempre jugué en mi barrio, donde a veces lo hacía de jugador de campo, pero a mí siempre me gustaba terminar embarrado, sucio, es decir, siempre me gustó ser arquero.
Con su firma
Ésta, la de mi lesión, fue la peor etapa, porque uno piensa que el fútbol es para siempre y de un día para otro parece que se acaba. Fue la más dura pero fue una prueba para darme cuenta de que soy fuerte”
Me di cuenta de que no nací para ser suplente y voy a seguir luchando en este club que me ha dado mucho, al que también yo le he dado. Mi idea es quedarme en Bolívar y no estar moviéndome más”
Está comprobado que el jugador que se cuida en la vida personal, aquél que es profesional siempre, puede estar vigente un tiempo más porque la edad no importa, lo que importa es el trabajo y la perseverancia”
Su ficha
Nombre: José Carlo Fernández Gonzales.
Nacimiento: 24 de enero de 1971.
Lugar: Santa Cruz.
Edad: 38 años.
Padres: Genaro Fernández y María Eugenia Gonzales.
Ha vivido —y así lo reconoce— uno de sus peores momentos a raíz de una lesión, que casi lo retira abruptamente del fútbol. Pero “revivió” en Bolívar, donde esperó pacientemente su oportunidad y cuando ésta le llegó no la desperdició.
José Carlo Fernández
—que paseó sus atajadas también por clubes del exterior— demostró dos cosas en los partidos que, mientras Carlos Arias estuvo alejado, le tocó jugar custodiando el pórtico de la “Academia”: que no está “roto”, como alguna gente creía, y que pese a las adversidades todavía está vigente.
¿Cómo viviste tu retorno al
fútbol?
Lo viví como la primera vez, primero con mucha ansiedad, con bastante emoción y, lógicamente, esperando que me vaya bien, pero nunca pensé que me iba a ir tan bien como me salieron las cosas.
¿Crees que en estos partidos demostraste que eres uno de los mejores arqueros de nuestro país y que te mantienes en buen nivel?
Sí, creo que estoy en excelente nivel, y creo que los años no pasan en vano, porque la experiencia que uno gana en el tiempo no se va nunca, y está comprobado que el jugador que se cuida en la vida personal, aquél que es profesional siempre, puede estar vigente un tiempo más porque la edad no importa, lo que importa es el trabajo y la perseverancia.
¿Esta etapa de tu lesión fue la
peor de tu carrera?
Sí, fue la peor, porque era un retiro adelantado, debido a que no estaba planificado; pero, bueno, fue la prueba más importante que pasé en mis 15 años como futbolista. Me probé a mí mismo que querer es poder y que el mejor médico que tiene es uno mismo; luché contra todo con el apoyo de mucha gente.
A ti te dijeron en determinado momento que ibas a estar parado más tiempo, que tu lesión era más grave; pero otras opiniones médicas no eran tan duras, ¿qué pensaste en ese momento?
Creía que uno se podía equivocar, no con mala fe, pero cualquier persona se puede equivocar, y en la medicina uno tiene que buscar otras opciones y, gracias a Dios, tuve la suerte de estar acertado y sobre todo, con el tiempo, pude volver a jugar; ese pasaje queda como un sabor amargo, pero sin rencores.
¿Eso marcó tu relación con el médico de Bolívar, Raúl Alberto Morales?
No, mi relación con el doctor “Calichín” ha vuelto a ser como antes, porque creo que las personas nos podemos equivocar y lo más importante es saber reconocer justamente eso. El día que salimos campeones nos dimos la mano y creo que en este torneo (el Clausura) las cosas han sido diferentes (en el trato entre ambos); me alegra mucho, porque en mi caso, por ejemplo, yo no puedo vivir tranquilo estando con rencor o teniendo problemas con alguna persona, y al no tener nada de eso con el doctor Morales duermo tranquilo, sabiendo que estoy haciendo lo que más me gusta.
¿Cómo ha sido tu recuperación física, psicológica y futbolística?
Físicamente ha sido buena porque tengo un preparador físico de primera; además, en la parte futbolística tengo la confianza de Gustavo (Quinteros), del cuerpo técnico. Efectivamente, lo más duro fue lo psicológico, porque yo mismo dudaba con respecto a lo que tenía; también tenía temor de volver a lesionarme, sabiendo que si recrudecía mi lesión sería para decirle adiós al fútbol; pero el apoyo de mi hijo, que me quería volver a ver atajar; el de mis padres, el de mi novia, que me decía todos los días que estaba sano, aunque había días en que pensaba que no iba a poder, me ayudaron para salir adelante; sobre todo creo que Dios me ha premiado con volver a jugar y volver a ser feliz.
Dijiste en algún momento que si te convocaban a la Selección sería para tu despedida, ¿eso significa que has considerado tu retiro?
No volví a ser convocado a la Selección en los últimos tiempos, pero como estaba atajando estos días se abrió la posibilidad, aunque es sólo eso; lo más importante para mí fue volver a jugar, volver a entrar en una cancha, el volver a escuchar a una hinchada coreando mi nombre como en los mejores tiempos, por eso estoy feliz. Ahora vuelve a atajar Arias y no pensé en sentir una tristeza muy grande por no volver a atajar, pero estoy muy contento por él; por mi parte, creo que Dios me premió para que me vaya tan bien en estos partidos por haber sido leal con un amigo que pasó por un mal momento.
¿Entonces no estás considerando retirarte aún?
No, estoy mejor que nunca. Me di cuenta de que no nací para ser suplente y voy a seguir luchando en este club, que me ha dado mucho, al que también yo le he dado. En esos partidos que he jugado ha quedado demostrado que el “Gato” tiene más de siete vidas y voy a seguir disfrutando de esto que es lo que más me gusta, mientras dure.
¿Esta etapa en Bolívar te hace pensar en que vas a seguir en el fútbol por mucho tiempo más?
Sí, no sé cuánto tiempo más, pero sí un año o dos años más. Mi idea es quedarme en Bolívar y ya no estar moviéndome más, además es un club con el que gané todo, que me dio todo y en el momento más difícil me abrió las puertas.
¿Cuál fue el título más especial para ti?
He ganado ocho títulos y creo que todos fueron especiales, pero éste (el del torneo Apertura) que lo gané sin haber jugado un minuto fue muy especial. Pude haberlo visto desde mi casa; sin embargo, luché para volver a jugar. Aunque estuve en el banco en todos los partidos, creo que ése ha sido mi máximo logro, porque era la demostración de que pude superar una lesión muy complicada.
¿Cuál fue la experiencia más terrible que pasaste en estos 15 años de tu carrera?
Ésta, la de mi lesión fue la peor, porque uno piensa que el fútbol es para siempre y de un día para otro parece que se acaba. Fue la más dura pero fue una prueba para darme cuenta de que soy fuerte y que cuando quiero logro lo que me propongo.
¿Y cuál fue la que más disfrutaste?
El haber jugado y que mi hijo estuviera viéndome en la tribuna, eso ha sido lo mejor, que mi hijo esté orgulloso de su padre.
En tu balance, ¿cuál ha sido la etapa más importante de tu
carrera?
El haber debutado en Oriente, el club del cual soy hincha; el haber salido bicampeón con Blooming, haber jugado tantas copas Libertadores y Sudamericana con Bolívar. La Selección, ni qué decir. Además, fui el segundo arquero que jugó en el extranjero, el jugador boliviano que actuó en más equipos extranjeros en la historia. Si me decían eso hace 15 años, ni soñando habría creído que se podía lograr.
¿Crees que has conseguido todas tus metas en la vida o te falta algo más por alcanzar?
Me quedé sin jugar un Mundial, pero creo que jugué algo que muy pocos jugaron, una Copa Confederaciones (México 1999), y creo que logré todo. Mi sueño era jugar un partido en Oriente Petrolero y retirarme, era un sueño de hincha, y terminé jugando 15 años, 10 años en la Selección, soy un jugador bendecido por Dios.
¿Cómo te iniciaste en el fútbol?
En la Academia Tahuichi, a los 17 años. Jugué un año y luego tuve la oportunidad de ir a estudiar a Estados Unidos una carrera universitaria. Después me probé en Oriente, el club que soñaba cuando era hincha, y todo se dio; creo que estuve en el lugar ideal, en el momento preciso, y de querer jugar sólo un partido terminé jugando 15 años; jugué en ocho equipos en el extranjero, en Europa, en México, creo que pocas personas han podido lograr lo que yo he logrado, por eso soy agradecido.
Cuando te retires del fútbol ¿vas a ejercer tu profesión? (es licenciado en Economía y Marketing)
No, nunca la ejercí porque yo digo que soy economista de profesión, pero futbolista de vocación y el fútbol no lo voy a dejar nunca, no sería una persona feliz si no estuviera ligado al fútbol.
En mi estadía en Chile hice un diplomado en Gerencia Deportiva, mi intención es entrar en eso o la representación de jugadores. Quien sabe, mañana pueda ser gerente de un club para poder devolverle al fútbol lo que me ha dado, aunque estoy seguro de que puedo trabajar toda la vida y no podré pagar todo lo que el fútbol me ha dado.
¿Este “Gato” con más de siete vidas fue siempre arquero?
Sí, siempre arquero, aunque comencé como suplente. A los ocho años estuve en la Tahuichi pero mis padres me sacaron porque descuidé los estudios; sin embargo, siempre jugué en mi barrio, donde a veces lo hacía de jugador de campo, pero a mí siempre me gustaba terminar embarrado, sucio, es decir, siempre me gustó ser arquero.
Con su firma
Ésta, la de mi lesión, fue la peor etapa, porque uno piensa que el fútbol es para siempre y de un día para otro parece que se acaba. Fue la más dura pero fue una prueba para darme cuenta de que soy fuerte”
Me di cuenta de que no nací para ser suplente y voy a seguir luchando en este club que me ha dado mucho, al que también yo le he dado. Mi idea es quedarme en Bolívar y no estar moviéndome más”
Está comprobado que el jugador que se cuida en la vida personal, aquél que es profesional siempre, puede estar vigente un tiempo más porque la edad no importa, lo que importa es el trabajo y la perseverancia”
Su ficha
Nombre: José Carlo Fernández Gonzales.
Nacimiento: 24 de enero de 1971.
Lugar: Santa Cruz.
Edad: 38 años.
Padres: Genaro Fernández y María Eugenia Gonzales.
Hijos: Flavia y Christian.
Trayectoria: Se inició en la Academia Tahuichi. Debutó en el fútbol profesional en Oriente Petrolero. En Bolivia también actuó en Blooming, Bolívar y Universitario.
En el exterior jugó en el Veracruz de México, el Córdoba español, el New England Revolution de Estados Unidos, el Santa Fe y el Deportivo Cali, de Colombia; Universidad de Chile y Melipilla, ambos chilenos; y el José Gálvez, de Perú.
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