lunes, 15 de abril de 2013

Máximo Alcócer, hitos más allá del 63



Es uno de los héroes campeones del Sudamericano de 1963, pero Máximo Alcócer tiene para desempolvar —desde Estados Unidos, donde reside— otros hitos futboleros de su carrera deportiva. Cabecita de Oro o Tutula, como le llaman, cumple hoy 80 años y es una leyenda viviente que las nuevas generaciones deben conocer y las mayores, recordar.

Uno de los mejores cabeceadores del fútbol boliviano atendió a un medio periodístico del país luego de muchos años y expresó su alegría por ello. “Hace años que no hablaba con nadie. Me pone contento hacerlo de nuevo”, aseguró desde su hogar en Carolina del Norte, a través de la línea telefónica.

El cochabambino, un poderoso goleador de cabeza al igual que Serapio Vega —el Cabecita de oro atigrado—, no sólo rememoró las imágenes del seleccionado campeón sudamericano, en el que fue un titular indiscutible en todos los partidos de ese torneo, sino que también evocó otro tipo de conquistas.

“Ganar ese torneo fue la alegría más grande en mi carrera futbolística. Fue algo maravilloso porque no sólo fue el resultado deportivo, sino hicimos una bonita familia con todos los compañeros de esa selección”, destacó el exfutbolista.

Junto con el capitán Wilfredo Camacho, Alcócer fue goleador boliviano en el Sudamericano con cuatro anotaciones: le marcó a Ecuador, dos a Colombia y otro a Brasil en la final, además de sufrir la infracción que el árbitro cobró penal para que se convirtiera el quinto gol mediante Víctor Agustín Ugarte, que finalmente fue el del título. “En ese campeonato dimos todo lo mejor y por eso siempre sentí mucha satisfacción de que la corona se quedara en Bolivia”.

Su esposa Ana María Heredia contó que ese año aún no eran enamorados, ella lo conocía por la fama que ya había hecho en Wilstermann, pero él a ella no. “Fue la alegría más grande. Gracias a mi padre yo viví todo el campeonato, porque él era un fanático del fútbol. Luego ya conocí a Máximo, que es mi esposo”.

El formidable cabeceador de las décadas anteriores guarda “otro hermoso detalle”, el haber sido el primer jugador boliviano que marcó un gol en la Copa Libertadores, en 1960, fue cuando Peñarol goleó a Wilstermann por 7-1, entonces Tutula convirtió el descuento. Al inicio dudó y pensó que había marcado el tanto en Paraguay, sin embargo cuando recordó a Peñarol, precisó que era en Montevideo. “Fue nuestro único gol, nos golearon aquella vez”.

Añadió que jugó los primeros cuatro torneos de Copa Libertadores en los que estuvo un equipo boliviano. “Dos con Wilstermann, luego una con Municipal y otra con Aurora”, aseguró. Entre otros recuerdos destacó la gira europea que hizo como refuerzo del Club Always Ready, en un viaje por toda Europa durante más de tres meses.

También evocó que cuando hizo el servicio militar, ordenaron su traslado a La Paz para reforzar al Club Unión Maestranza, que en esa época de los 50 era animador de la entonces AFLP. “Me llamaban a La Paz para reforzar a otros equipos para algún partido especial. También jugué contra Pelé”. Y no olvidó su pasado wilstermannista, del cual se declaró hincha acérrimo, pues le tocó formar una temible delantera con Ausberto García, Renán López, Soria y Sánchez.

Un alero ofensivo de gran trayectoria

Datos

Máximo Alcócer Velásquez nació en Cochabamba el 15 de abril de 1933. Está casado con Ana María Heredia.

Hijos

Máximo, Omar Antonio, Tatiana Milena y Brenda Ana María son los hijos de la familia Alcócer Heredia.

LAB

Luego de los últimos giros en las canchas, Alcócer trabajó cerca de 31 años en el entonces Lloyd Aéreo Boliviano.

Estados Unidos

Alcócer vive en EEUU desde hace más de dos décadas. Se fue a radicar a ese país por los estudios de sus hijos.

El destino le impidió estar en los festejos

En 1963, una falta del brasileño Jorge le provocó a Máximo Alcócer una fractura de tibia y peroné que lo dejaría fuera de esa final, y de los festejos posteriores por el título. Hace una par de semanas, una broncopulmonía le privó de viajar a Bolivia y por eso no pudo estar en la celebración de las Bodas de Oro del título del cual fue él un gran protagonista.

“Pareciera que son ironías de la vida, porque si bien pasó lo primero, pero 50 años después tampoco pude estar con mis amigos y compañeros”, afirmó el cabeceador implacable desde su domicilio en Carolina del Norte, Estados Unidos.

Alcócer comentó que actualmente está con algunos cuidados médicos debido a su edad, pero que tiene el apoyo y cariño de su esposa, hijos y nietos. “No pude participar en los festejos, eso me dio una gran pena, pero lo bueno es que siempre estoy junto con mis familiares que me aprecian bastante”.

Destacó que su mejor amigo en la selección era Ausberto García y que el entrenador brasileño del 63, el brasileño Danilo Alvim, era muy callado y serio. Luego de jugar en algunos clubes bolivianos, y al no terminar de recuperarse del todo de la lesión que sufrió, el futbolista decidió anunciar su retiro de las canchas.

Una vez que optó por dejar el balompié, tres o cuatro años después del título del 63, precisamente porque no se recuperó del todo de esa doble lesión, Alcócer —recordó ahora—trabajó en el Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) en la sección encomiendas y luego en pasajes, durante 31 años, hasta jubilarse en esa entidad.

Tras ello, y en busca sobre todo de que sus hijos estudiaran a gran nivel, se fue a Estados Unidos, donde salieron profesionales los cuatro. Mientras tanto —cuenta su esposa Ana María Heredia— durante muchos años instalaron un taller de joyería, con el que les fue bastante bien (tras el acabado en la parte fina de las joyas, las mismas eran vendidas en diferentes tiendas estadounidenses). Actualmente dedica su tiempo a estar con sus nietos.


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