Su último llamado a la selección fue ante Uruguay y Colombia (primera y segunda fecha de las eliminatorias), en octubre, cuando el entrenador era Gustavo Quinteros. Pasó casi un año y medio y Edivaldo regresó a la Verde tras el llamado de Xabier Azkargorta, que lo puso de titular ante Brasil. “Tuvo un buen partido”, dijo el DT. El volante ofensivo, que milita en Shonan de Japón, está contento por regresar ante Brasil, un país y un fútbol que conoce bien, pues se formó en el Atlético Paranaense.
Su objetivo por ahora es tener continuidad en su equipo y también en la selección, ya que se siente en deuda porque considera que puede aportar mucho más de lo que se ha visto de él, además, sueña con jugar algún día en un equipo cruceño, ya que la mayoría de su familia y sus amigos viven en Santa Cruz, una ciudad elegida por él y su esposa para radicar.
¿Cómo recibiste tu convocatoria a la selección tras casi un año y medio?
Fue una sorpresa que me llamaran y por eso me sentí muy feliz, porque no lo esperaba, ya que no había sido convocado para los partidos de las eliminatorias y no pensaba que iba a estar. Siempre es un orgullo defender la camiseta de un país.
No estás en la Verde desde octubre de 2011, ¿cómo la pasaste estos meses sin venir?
Es triste no ser convocado, cuando estás jugando fuera, porque uno siempre alienta la expectativa de que lo llamen. A menudo estoy mirando las noticias sobre la selección y el fútbol boliviano (a través de la Internet), así que cuando lanzaban las convocatorias esperaba estar porque uno da todo para representar al país. De cualquier manera, siempre trabajo al máximo para estar al cien por cien cuando me tomen en cuenta.
¿Fue una sorpresa tu llamado ante Brasil?
Sí, porque ya había salido la lista para los partidos de eliminatorias (ante Colombia y Argentina) y uno pensaba que estarían los mismos, a pesar de no se fecha FIFA. En ese sentido, fue sorpresivo que me convoquen.
¿Se sufre cuando no te llaman y tenés que ver los partidos por televisión?
En mi caso mucho, y creo que seguro es así en todos los que juegan fuera de Bolivia y están a la espera de integrar la selección. A veces se piensa que se olvidan de uno, pero no es así porque estoy de regreso. Cuando no me llamaban tenía que conformarme con verlo desde lejos, y era complicado por el horario, ya que en Asia son 12 a 13 horas más, así que me tocaba mirar a las 4:00 de la madrugada. A la distancia sufría mucho con mis compañeros.
¿Te dejaron venir sin problema, teniendo en cuenta que no es fecha FIFA?
Nunca es fácil que un club te libere, más aún cuando no es obligatorio (no era fecha FIFA), pero tenía muchas ganas de venir, luego de que el profesor Azkargorta habló conmigo y me dijo que quería verme ante Brasil. De esa manera, hablé con el entrenador y el presidente de mi club de que esta era una gran oportunidad de mostrarme, pues hacía mucho que no me convocaban y quería aprovechar que el partido era frente a los mejores del mundo. Ellos entendieron y me dejaron venir, a pesar de que ya estaba teniendo más minutos en el equipo japonés, donde es muy difícil adaptarte.
¿Qué te pereció el encuentro ante Brasil?
Muy difícil, no por nada están entre los mejores del mundo. A los brasileños no les podés regalar nada porque te liquidan. Nosotros debemos seguir trabajando mucho para alcanzar los objetivos que tenemos, más allá de que parezcan muy complicados.
¿Las chances para clasificarse al Mundial 2014 ya se acabaron?
No, no hay que pensar de esa manera, todavía quedan posibilidades, por lo que debemos luchar en cada partido y ver lo que sucede más adelante. No es fácil, pero las matemáticas están dadas y no hay que perder las esperanzas de ir a un Mundial. Lo importante es pensar que el próximo encuentro de las eliminatorias debemos ganarlo para que sea un punto de partida en lo que resta de la competencia.
¿Le decís eso al resto de tus compañeros desde Japón?
No soy mucho de entrar al Facebook, pero cada vez que lo hacía enviaba pensamientos positivos a los compañeros de la selección, porque uno entiende que los partidos de selecciones son complicados y se necesita de mucho apoyo.
¿Qué fue de Edivaldo en este casi un año y medio lejos de la selección?
Bueno, cuando vine por última vez a la selección fue en octubre de 2011, cuando jugaba en Naval de Portugal. Luego de que terminé mi contrato hubo opciones para otros clubes del medio portugués y también uno de Tailandia. Esta última me sorprendió y me asustó porque al principio uno no sabe cómo es ese país y qué te puede ofrecer, ya que uno entiende que no tiene tradición de fútbol; sin embargo, luego de que me presentaron el proyecto y de que visité las instalaciones del club Muangthong, que es uno de los más grandes del medio, acepté el reto.
¿Cómo fue la experiencia tailandesa?
Buena. Estuve en el club más grande, dieron todas las comodidades a mi familia y en lo futbolístico hicimos un gran torneo, fuimos campeones de la Liga.
¿Y la ida a Japón ¿Cómo se concretó?
Tras el buen torneo en Tailandia apareció la chance de ir Japón y, en este caso, no la pensé dos veces porque uno sabe que el fútbol en ese país es de primer nivel, además, hay mucho seguimiento en todo el mundo porque hay mucha competencia en una primera división muy fuerte.
¿Qué tan diferente es el fútbol japonés?
Es más rápido, los jugadores son ágiles para presionar cuando no tienen el balón y pasan rápido al ataque. Se juega a un toque, por lo que tenés que ser más rápido mentalmente. Al principio fue difícil adaptarme, pero poco a poco me sentía mejor y ya estoy teniendo más continuidad. Ahora que vine a la selección tuve que resignar algo porque el entrenador ya me tenía para jugar como titular en encuentros que son decisivos, pero opté por defender al país, aprovechando la chance enfrentar a Brasil.
¿Tu familia está adaptada a su nueva vida?
Es difícil, sobre todo al comienzo. Uno piensa que porque es un país grande también se habla un poco de inglés, pero no es así, todo es en japonés, por lo que tengo que estar llamando todo el tiempo al traductor del club, que también te descifra lo que el técnico te indica.
¿Tu deseo es quedarte en esa Liga?
El fútbol es de primer nivel, el país es sensacional, todo es avanzado en cuanto a tecnología, así que espero quedarme un tiempo más. El club donde estoy es de economía mediana, quiero destacarme para tener posibilidades de ir un grande.
¿Hemos visto lo mejor de Edivaldo en la selección?
No. Me siento en deuda, es como que tengo una espina que quiero sacarme porque lo mejor de mi fútbol no apareció en la selección, así que es una asignatura pendiente mostrar un mejor nivel. Lo importante es tener continuidad en el equipo nacional, por eso es que quiero estar en los partidos por las eliminatorias, ya que solo jugué ante Uruguay (la primera fecha), ya que luego me lesioné y no volví más. Ahora espero que sea tomado en cuenta más, aunque es obvio que debo estar en buen nivel y en competencia en mi club.
¿Qué te dijo Azkargorta?
Me dio la bienvenida en japonés, porque en su momento él estuvo trabajando en ese país. Luego me dijo qué quería de mí, así que vamos a tratar de hacer las cosas bien para que pueda estar en encuentro oficiales.
Tenés muchos familiares en Santa Cruz, ¿te gustaría jugar en uno de los grandes de esta ciudad?
Precisamente eso estaba hablando con mis familiares. No he tenido el gusto de jugar en el país, así que ojalá algún día se pueda dar, es un deseo que espero cumplir por los muchos amigos y familiares que tengo en Santa Cruz.
¿Oriente o Blooming?
La cosa está dividida, algunos quieren Blooming y otros Oriente, pero solo son deseos veremos qué pasa en el futuro.
¿Viste alguna vez un clásico cruceño?
Solo una vez, cuando estaba muy joven. Recuerdo a figuras como Limberg Gutiérrez, Milton Coimbra y 'Sucha' Suárez, que en ese momento eran ídolos.
¿Te afecta la altura?
Estuve en una concentración y no me sentí mal, por ahí algunos malestares, pero nada serio. Lo único que uno debe adaptarse es al balón que va más rápido, después que cuesta recuperarse sobre todo los primeros minutos, luego no hay problemas, por lo menos en mi caso cuando entrené, ya que todavía no jugué un encuentro oficial.
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