Video CARLOS LEONEL TRUCCO: "En el fútbol lográs resultados con desarrollo empresarial"

Está feliz estrenando el traje de abuelo. Su hija Gaby le dio esa alegría y enseña la foto de la nueva integrante de la familia, Naara, desde su iPhone a quien se le ponga al lado.

Carlos Leonel Trucco, aquel flaco alto que después del Mundial llegó al Pachuca de México y que comenzara en 1994 el idilio con este club, conduce su auto blanco rumbo a la ciudad de México para ofrecer una charla sobre el grupo de empresas del Pachuca y su actividad como

desarrollador del fútbol.



¿Qué fue lo que decidió quedarte en México?

La visión que tenían los que me trajeron, el señor Andrés Fassi y Jesús Martínez. No había nada, solo la ilusión de la palabra, de cómo iba a ser el club. Lo decían con una pasión que le tenías que creer. Fue la oportunidad de continuar con este grupo de trabajo que al principio era solo un club y que luego se sumó una universidad, la mejor implantada en el mundo.

Me inserté dentro del fútbol como jugador y como técnico. Primero ascendimos como jugador y luego estaba en el Atlético Hidalgo como jugador y técnico. Después compramos la franquicia de un equipo que estaba para descender y jugamos la final contra Tigres de Monterrey con un presupuesto de $us 700.000 contra el de ellos que era de $us 25 millones.

Después fui a distintos clubes como Toros Neza, Celaya Fútbol Club, Veracruz, Pachuca, Wilstermann, selección de Bolivia, pero siempre estuve en la protección de Jesús Martínez y de Andrés Fassi, los dueños de la franquicia de este club. Siempre regresé cuando estaba sin trabajo. En 2001 me vine definitivamente, estuve en el primer equipo y luego estudié Administración de Empresas en el Distrito Federal. Más adelante fui director general de la parte administrativa del club.

Además de instructor FIFA, ¿qué funciones realizas en Pachuca?

Ocupo el departamento de capacitación y desarrollo del fútbol. Si no desarrollás el fútbol a nivel empresarial es muy difícil que puedas tener resultados.

Naciste en Argentina, viviste en Bolivia y te quedaste en México. ¿Qué sentís por cada país?

Es como los hijos, nunca vas a decir que a uno lo querés menos que a otro, todos tienen sus cosas. El mismo Colombia que me tocó vivir tres años y uno tiene buenos recuerdos, pero hay una comunión muy especial con México-Bolivia y Bolivia-México.

La selección boliviana no pasa por un buen momento, ¿a qué se debe?

Nos pasó en Pachuca, subíamos y bajábamos porque no estaba consolidada su base. Había que trabajar abajo, no había dinero, éramos pobres, pero empezamos con buenos entrenadores. Capacitamos a toda la gente que iba a los centros de formación, a las escuelas de fútbol, con el objetivo de que ellos te dieran un valor de retorno cuando te consolides. Y en Bolivia pasa lo mismo, tiene una riqueza técnica que va por arriba de todos, pero tiene una carencia de construcción física importante. Si no los desarrollás con el Gobierno y con empresas particulares que te den el sustento de cambiar, no van a mantener el resultado.

En los 19 años que estamos acá en Pachuca hemos logrado el ascenso y 12 títulos. Es una de las claves de cualquier empresa, cambiar para poder resurgir.

Pero además de lo técnico y lo físico está lo mental...

La parte mental la reforzás en la medida en que te veas competente para poder luchar de igual a igual con todos. Acá viven chicos de 11 y 12 años y tienen sus minipretemporadas y van construyendo su poder competir con cualquiera y cuando llegan a primera división tienen no menos de 20 pretemporadas.

Y después salen a competir a Sudáfrica, a Japón, a la Copa Manchester, a todos lados. Los resultados se ven reflejados en dos campeonatos mundiales sub 17. A mí me tocó estar de director de la sede Pachuca en uno de ellos. Y por si fuera poco México fue campeón de los Juegos Olímpicos sub 23.

¿Tuviste tiempo para hacer tu trabajo cuando fuiste técnico de la selección boliviana de fútbol?

Cuando me tocó hacer los partidos de preparación de FIFA en Bolivia fuimos a Dakar. No nos prestaban los jugadores de Copa Libertadores y no nos daban nada, buscamos dar partidos a los chicos que eran suplentes en sus clubes. Ni con Paraguay ni con Brasil, ni con México, llevaba a muchos titulares de los equipos. ‘Papi’ Vaca me dice: "Cómo se llama ese?, no lo conoce ni su mamá". A veces elegís los que mejor te respaldan tácticamente, pero ¿quién tiene una base de sustentación física que te arroje niveles muy altos de competencia que sustenten la táctica de lo que vos querés?, muy pocos. Entonces elegís los buenos, lo que el periodista te dice, los que le gusta a la hinchada, pero cuando vas a nivel internacional competís en desventaja.

A veces te tenés que olvidar del futuro inmediato, tenés que ver a largo plazo.

¿Por qué te fuiste de la selección como técnico?

Lo hablé con los dirigentes de ese momento, era mejor dar el paso al costado por las presiones que tenían, etc., no había cómo tener una continuidad, no había condiciones mínimas para estar en el puesto y dedicarse al cien por cien.

No había condiciones...

No había, pero las condiciones las podés generar a medida que desarrollás amistosos de fecha FIFA, pero no lo quisieron seguir haciendo, no lo podían hacer y querían traer a Acosta, que volvió a citar a mis compañeros del 94 en 2002.

¿Puede el profesor Xabier Azkargorta reiterar el proceso del 94?

Lo veo factible. Si lo hizo, lo puede volver a repetir. A la distancia y viendo como desarrollamos el fútbol sin dinero y donde hemos tenido que sacar cosas para equilibrarnos con los demás, él lo puede hacer en Bolivia. Veo que está trabajando con chicos para la próxima etapa. Tiene que empezar a darles partidos. A nosotros nos dio partidos y empezamos a funcionar como equipo, porque la selección tiene que tener un mismo pensamiento, ser un equipo; pienso que lo va a lograr.

Ahora no, estamos muy alejados de la idea de poder llegar, la ilusión siempre está, pero la realidad nos dice otra cosa.

¿El dirigente también debe recambiarse?

Fijate nosotros, los dueños nos mandan a capacitarnos a todos lados y están viendo todas las oportunidades de negocios para que los cuerpos técnicos estén tranquilos. Casi ya no me pongo los cortos, porque estoy viendo cómo generar recursos con el objetivo de la provisión y la formación de nuevas estructuras para el desarrollo del fútbol, para nuevas competencias, etc., y eso tienen que hacer.

El directivo lo tiene que ver como negocio, pero si se quedan con sus propias empresas porque tienen que generar para ellos, está bien, es razonable, pero entonces no te metás en el fútbol si no le vas a dedicar el cien por cien.

Si te ofrecieran dirigir Oriente o Bolívar, por ejemplo, ¿qué harías?

Ya no. Soy feliz con lo que estoy haciendo. Sí me gustaría porque he aprendido mucho más, sobre todo en esta faceta de enseñar durante tantos años a los técnicos, a los empresarios a formar sus propios negocios en el fútbol, eso te abre un panorama distinto. Lo ves distinto a todo, pero estar en esto es un estrés muy grande como el dirigir, porque tenés que estar pensando cómo generar dinero para el club todo el tiempo. Yo podría estar preparado para un equipo allá, pero no tenés la continuidad, porque no tenés la formación de abajo para poder sacar de tu semillero. Esto no solo pasa en Bolivia.

¿Por qué Bolivia no saca los grandes jugadores que sacó en la década de los 90?

Antes tenías las academias que viajaban. Veo que Milton (Melgar) está haciendo una gran labor y otros exfutbolistas que están trabajando para el futuro, y eso me da la ilusión de que van a volver a salir.

México no tenía buenos arqueros, ¿cuál es su realidad hoy?

Cuando llegué acá había dos arqueros nacionales y los demás éramos extranjeros. Hace 11 años creé el departamento de arqueros en la Escuela Nacional de Directores Técnicos de México. Hoy en México hay dos arqueros extranjeros, los demás son todos formados por nosotros. Ningún club de México necesita buscar el puesto de arquero en otro lado, mirá si vos apostás a la formación de un determinado producto.

Hoy Pachuca tiene siete arqueros en distintas categorías en diferentes equipos y todos de buen nivel.

¿Por qué Bolivia no aprovecha la altura?

Nosotros hemos perdido millones de dólares en contrataciones de chicos que no se adaptan a la altura. Lo traes por historia, pero el desarrollo del presente hace que no dé.

En Bolivia no hay formación de los más jóvenes porque apuestan al momento y trabajan con los que juegan bien en el presente. No apuestan a un proceso del físico. Tienen que trabajar con tiempo, a veces un jugador no sabe tanto de técnica, pero le enseñás, pero los valores físicos de velocidad y de salto son genéticos. Si vos querés comprar un jugador, te fijás en la velocidad, que es hoy un importante valor de mercado mundial

‘Los dueños del club me salvaron la vida’

Tu problema de salud fue superado, ¿qué consejo darías a quienes padecen de una enfermedad como la que tuviste?

Lo mío fue por la pasión al trabajo. Salía a las 6:00 y a veces llegaba a casa a las 22:00. El club estaba creciendo y había muchos proyectos que atender. Manejaba contratos de jugadores, egresos, ingresos, era el director general de la parte del fútbol.

El entusiasmo por querer hacer cosas y porque veías que todo lo que planificaba se daba y lo que armaba salía, todos me decían que sí, entonces no paraba. Además no me alimentaba bien, comía una sola vez al día, a veces no me hidrataba como debía. Llegó un momento en que el cuerpo me la cobró. Me internaron, me abrieron y le dijeron a mi señora que no se podía hacer más nada. Vino el dueño del club con su helicóptero y me llevó al Distrito Federal, me puso en los mejores lugares. Estuve cinco meses internado. Andrés y Jesús me salvaron la vida, les debo todo.

Ahora pienso que primero está la salud, la familia y para el trabajo siempre hay tiempo.