Marcos Ferrufino es ácido y frontal en sus críticas, lanza frases muy duras sobre todo cuando se refiere a la realidad del fútbol boliviano. No es la excepción esta vez.
“Lamentablemente, la mayoría de los entrenadores extranjeros que vienen, llegan regalados”, enciende.
Ferrufino es un buen técnico. Fue un gran zaguero. Trabaja solo, es decir no tiene empresario o representante que le busque un espacio. “En mi carrera, primero como jugador y luego como técnico, jamás llamé a algún club para ofrecerme, donde fui fue porque me buscaron”, complementa.
Su club más reciente fue Real Potosí. Acordó con los dirigentes marcharse justo cuando comenzaba la cuarentena por el coronavirus. Los desacuerdos con algunos de ellos hicieron estallar la “rescisión”.
“Fue de mutuo acuerdo, dialogamos, ellos me dieron una cheque (por la deuda contraída) que seguramente lo haré efectivo cuando corresponda. Así fue”.
A sus 57 años
El 25 de abril, en pleno encierro por la emergencia sanitaria, Ferrufino cumplió 57 años. “Fue un cumpleaños diferente, de pronto esta cuarentena hizo que compartamos con la familia y podamos estar juntos ese día. Lo que pasa es que, en general, por el trabajo, no se puede”.
Se podría decir que ese fue, en lo personal, el lado bueno de la difícil situación por la pandemia. En cambio, considera que lo peor está aún por venir para el fútbol boliviano.
“Si en Bolivia estaba complicado antes, efectivamente no sabemos lo que se vendrá, pero no va a ser fácil. La verdad es que tenemos muchas deficiencias, se notan y por eso estamos lejos de los demás. Nuestros clubes siempre están con problemas económicos, muchos trabajan incluso en forma precaria”.
“No sabemos qué pasará en este mayo, en junio, hay que esperar las decisiones del Gobierno. Y en cuanto al fútbol, esperar también que por esta situación haya alguna excepción, algún acuerdo. Uno es consciente de que todavía queda para largo y que para todos será incómodo, pero sabemos que primero es la salud”.
¿Técnicos devaluados?
Los temas en la charla con Ferrufino van surgiendo, y él se pone más crítico. Le preocupa, por ejemplo, la situación de los entrenadores bolivianos: ¿Su trabajo está devaluado? ¿Los dirigentes prefieren a los extranjeros?
“No sé cuánto puede estar devaluado el profesional boliviano, eso depende de cada uno. Lo que sí es que lamentablemente la mayoría de los entrenadores extranjeros que vienen, llegan regalados y ello también ocurre en el tema de los jugadores, pues muchos son más baratos y más accesibles desde lo económico que los nuestros. Siempre lo dije: salvo excepciones, que las hay, el profesional extranjero está dispuesto a cualquier tipo de negocios en medio de sus contratos, es así, entonces a veces, para la gente que está metida en el fútbol, es más fácil contratar a un foráneo que a uno de nosotros. De por medio hay muchas cosas”.
La “bomba” lanzada por Ferrufino se expande más. Se refiere a que ser entrenador no le garantiza a un profesional un trabajo estable, sino todo lo contrario. Y considera que gran parte de la culpa la tienen los dirigentes y también los hinchas.
El exitismo de la gente
“Sí, es verdad, hay inestabilidad porque el dirigente y el hincha boliviano son bien exitistas, solamente quieren que su equipo gane, sea cual sea la situación, el plantel que tengan, su economía. Ya sea en Bolívar, en The Strongest, en Wilstermann; también abajo, en un equipo que está en las posiciones de mitad de tabla para abajo. Encima, hay diferencias en el trato. A un técnico extranjero lo traen, le firman el contrato, lo aseguran en ese sentido. En cambio, al boliviano, en muchos casos, no le firman nada, aunque eso también depende del club. Y es que en Bolivia son pocos los equipos que cuentan con dirigentes serios, los que saben manejar un club. A o partir de ahí, a veces los resultados no te ayudan y más bien te complican. En mi caso, cuando eso sucede prefiero dar un paso al costado, no por un contrato voy a estar ligado hasta lo último”.
Reniega también porque los entrenadores bolivianos no muestran unidad. Lo ha palpado en la actual situación: él quiso reunir a varios para fijar posición, como la tuvieron en su momento los jugadores, frente a la decisión de los clubes para reducir los salarios debido a la crisis. Admite que no pudo.
“Sí, se estaba queriendo formar algo, pero no somos serios en ese aspecto. Cuando alguien quiere hacer algo siempre encuentra trabas de algunas personas. Ojalá que algún día haya una organización que imponga normas para que los técnicos tengamos respaldo entre nosotros y también de parte de los dirigentes, que ellos se hagan cargo de lo que prometen y firman. Los técnicos necesitamos una institución seria y no solo para sacarle algo de provecho como estamos acostumbrados en Bolivia”.
‘No soy negocio’
“Siempre he tenido la suerte o será tal vez el destino, el que me ha llevado a dirigir a equipos amenazados con perder la categoría, y los he sacado adelante”, destaca Marcos Ferrufino sobre su labor como entrenador.
Fue director técnico de Real Mamoré, Real Potosí, Aurora, Sport Boys y Nacional Potosí. En su momento, la mayoría tuvieron sus complicaciones. La excepción fue San José, con el que logró sus mejores resultados.
“Han sido equipos amenazados con perder la categoría o casi descendidos, y los hemos salvado como a Real Mamoré en su momento, Aurora, Sport Boys, Real Potosí. A esos equipos a los que nadie quería agarrar, nosotros fuimos y los sacamos de la incómoda situación en la que estaban”.
“Pero también ahí se originaron los problemas: primero los salvamos, pero cuando se iba a iniciar la siguiente temporada los dirigentes empezaban a trabajar con empresarios para armar sus equipos, entonces como yo no soy negocio para esas personas y por eso quedé al margen”.
Fue campeón
Desliza que su mejor momento como entrenador hasta ahora fue cuando estuvo en Oruro. “Dirigí a un club grande, a San José, donde fui campeón. Estuve nueve temporadas, logré asimismo clasificarlo a cuatro Sudamericanas. También tuve la oportunidad de ir a otros clubes grandes, pero siempre aparecen esos personajes (los empresarios), que están metidos en todo y quieren sacar tajada. De manera que como no me manejo así se truncaron esas opciones”.
A sus 57 años, calcula que más o menos hasta los 60 estará activo como director técnico.
“Uno tiene que pensar hasta qué momento va a dirigir, en mi caso creo que un par de años o algo más. Siempre me pongo un tope. Cuando era jugador dije que a los 35 años me retiraba y así lo hice, ahora queda un corto tiempo más, uno debe prepararse también para retirarse”.
Como jugador de la Academia . Foto: Archivo
Hincha de Bolívar
Ferrufino es bolivarista. Siempre lo fue. Sin embargo, aclara que, en el ámbito profesional, eso tiene un límite: “Defiendo a muerte al club que me contrata, eso lo tengo claro”.
Jugó en la Academia durante más de una década, aunque desde antes ya era atraído por la camiseta celeste.
“He nacido bolivarista, lo soy desde niño, siempre fui hincha de Bolívar y siempre lo voy a llevar en mi corazón. Es el club que me dio la oportunidad de jugar profesionalmente 11 años y no tengo por qué negarlo, no me gusta mentir, soy hincha del club”.
No oculta, por ello, la aspiración de llegar a ser DT de Bolívar alguna vez. “Uno siempre tiene objetivos y esas ganas de que le brinden esa oportunidad. Me siento capaz, demostré mis condiciones a donde fui y creo que hice cosas interesantes, por eso me quedo tranquilo. Ojalá se pueda dar”.
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