Hernán Eduardo Boyero Sánchez vino a Santa Cruz por tres meses y se quedó siete años. El cordobés llegó a Blooming (2007) procedente de Instituto de Córdoba, a pasar un periodo de transición, se encariñaron con él, y él con ellos. Hace unas semanas partió a Buenos Aires para concretar un anhelo: jugar en la Primera División de su país.
Ya lleva dos goles en su cuenta; por lo tanto, las metas y los objetivos se multiplican cada vez más. El nuevo ídolo de la paternal anda muy bien en la tabla, el deseo personal de la ‘Jirafa’ es mantenerlo arriba y catapultarlo a la punta. Le va bien en su tierra y comparte su alegría con la afición boliviana.
¿Cómo vives este momento?
Muy bien, con mucha tranquilidad y mucha alegría. Las cosas me están saliendo, porque estoy alcanzando una meta (jugar en Primera División)
¿Cómo se concreta tu traspaso a Argentinos Junior?
Me llamó el técnico (Caruso Lombardi) y me preguntó si me gustaría formar parte de su proyecto, de inmediato le dije que sí; y comencé a negociar mi salida con la gente de Blooming. De verdad tengo que agradecer a la dirigencia que se ha portado conmigo de maravilla. No me pusieron trabas y más bien me dieron todo el respaldo.
¿Alguna vez pensaste si esto era real o era un sueño?
Lógicamente que sí. La primera vez que me llamó el técnico me dijo: “¿Querés venirte para acá (Argentinos Junior) conmigo?”. De inmediato lo que le pregunté fue: “¿Me estás cargando o estás hablando en serio?”.
¿Dónde conociste a Ricardo Caruso Lombardi?
Fue mi técnico en Tigre (Nacional B argentino), durante la temporada 2005-06.
¿Cómo lo describirías?
Es un gran entrenador que siempre arma planteles con jugadores poco conocidos. Le da la oportunidad al futbolista, cree en su aporte y los resultados surgen por sí solos.
¿Cómo te recibieron en Argentinos Junior?
Tuve un buen recibimiento, es un grupo excepcional, muy sano. Los antiguos nos integraron al plantel, me sorprendió el trato. Ahora estamos metidos en conseguir grandes cosas. A medida que pasan los partidos nos fijamos nuevas metas.
¿Ya hiciste amistades en la concentración?
Me llevo bien con todos y entre todos cultivamos una buena relación. El grupo es muy unido. Arrancamos el entrenamiento a las 9:30, pero desde las 8:30 ya estamos tomando mate, estamos bromeando, charlamos sobre el trabajo, la familia y todo eso.
Frente a Colón anotaste tu primer gol, ¿cómo fue?
Todo empezó en un tiro de esquina. Voy a buscarla al primer palo, tuve que retroceder un poco y conecté de cabeza.
¿Qué experiencia tuviste frente a Ronald Raldes?
La verdad que en Bolivia no había tenido mucha relación con Ronald, pero ya estando aquí nos saludamos. Me preguntó si era cierto que me nacionalicé, le dije que sí. Me deseó mucha suerte y dentro del partido tuvimos un buen trato. Ahora está con nosotros Barraza (Julio Eduardo juega como lateral), que fue compañero de Ronald en Colón, él me habló maravillas y de que es una persona excepcional.
¿Cómo fue tu segundo gol frente a San Lorenzo?
Fue una salida rápida de nuestro arquero (Pablo Migliore), tomó el balón Lenis (Reinaldo), el chico colombiano que tenemos en el plantel; desbordó, tira el centro, yo me anticipo al defensor y otra vez conecto de cabeza.
Dicen que en Córdoba ganabas dos kilos de carne por cada gol que metías...
Cuando jugaba en Instituto de Córdoba, un carnicero me daba dos kilos de carne por gol. Con el tiempo eso se hizo más grande y otros carniceros comenzaron a dar más y también la gente de la verdulería. Como se formó un comedor comunitario en Córdoba, yo decidí donarlo todo.
¿Los hinchas de Argentinos Junior te ofrecen algo?
(Risas) De verdad te digo, ya apareció. El otro día me llegó un ofrecimiento, yo aún no he aceptado, porque solo estamos en el inicio. Hay que ir con cautela y no me gusta acelerarme.
¿Qué te ofrecieron?
(Vuelve a reír) Este amigo me quiere dar vino, yo todavía estoy analizando la oferta. Estamos viendo la posibilidad de rifar o sortear algo. Lo importante es ayudar a los que lo necesitan.
Te fuiste a Argentina, tu esposa e hijos se quedaron en Bolivia, ¿cómo lidias con eso?
Me está yendo bien acá, pero extraño a mi familia y ellos me extrañan. Hablamos todos los días, pero no es lo mismo. Ya falta poco para que mis hijos terminen las clases y podamos reunirnos de nuevo.
¿Volvés a Blooming?
He firmado hasta junio de 2014. De volver tengo que volver a Blooming, ese es el compromiso.
¿Y si te va bien?
No sé qué puede pasar. Todos deseamos que nos vaya bien, pero si me va bien, indudablemente me gustaría seguir subiendo. No soy loco para perderme de otros objetivos. Ahora, de que vuelvo a Blooming, la tengo clara, tengo que volver. No sé si como dirigente, asesor o canchero.
¿Radicarás en Santa Cruz?
Eso aún no lo tengo definido, me gustaría establecerme en Santa Cruz, tengo muchos amigos, eché muchas raíces, conozco muchas ciudades en el mundo, pero en Santa Cruz me siento muy bien.
¿Sabemos que falta tiempo, pero ¿imaginás el retiro?
Para serte sincero, tenía fijadas algunas fechas límites. Pero, esto de Argentinos Junior me cambió muchas cosas. Mi papá está un poco viejito, hay muchas cosas que no puedo hacer con él y me gustaría darle tiempo a mi familia. Físicamente me siento muy bien y gracias a Dios hasta hoy no sé lo que es un desgarro, no he tenido lesiones de rodilla y me siento un privilegiado.
Cambiando de rumbo, fue sorpresivo que te nacionalices, ¿aspirás a la selección?
Para mí sería otro sueño. Este último tiempo se me han ido cumpliendo muchos deseos. En Bolivia hay buenos jugadores y los respeto a todos. Quizás por mi edad sea algo complicado, pero nadie me puede quitar la ilusión.
¿Te desempeñás mejor en el llano o en la altura?
No podemos mentirnos, me cuesta un poquito jugar en la altura, pero siempre fui titular y anduve por todas las canchas del país. Para nadie es desconocido que soy jugador del llano, pero tratándose de jugar, uno juega donde toque el partido.
¿Cómo vez a la selección?
Hay buenos jugadores, que no tienen nada que envidiarle a nadie. Lo que no se ha podido es cambiar la mentalidad, Bolivia puede lograr muchas cosas por sí misma, no necesita la ayuda de nadie, solamente que funcione el chip. Hoy nadie gana solo con la camiseta, la selección necesita el apoyo de todos los sectores.
¿Conoces al seleccionador Xabier Azkargorta?
Solo nos hemos saludado en algunos eventos o lugares públicos donde nos hemos visto.
¿Cómo será tu vida después del fútbol?
Seguramente con mucha pesca, con todos mis amigos, allá en Santa Cruz. Me gusta la vida tranquila, soy hogareño. No sé cómo, pero quiero estar ligado a Blooming toda mi vida
El perfil
Es el tercero de tres hermanos
Fecha de nacimiento: 30-12-1979
Edad: 33 años
Posición: Delantero
Estatura: 1,93 metros
Peso: 79 kilos
Año del debut: 2002
Club: Instituto de Córdoba
Padres: Rubén Hugo Boyero y María Teresa Sánchez
Hermanos: Rubén Norberto y Jorge Hugo
Esposa: Luisa Natalia Pereira
Hijos: Lara Magdalena y Leslie Boyero Pereira (cruceño)
Clubes: Instituto de Córdoba, Juventud Antoniana, Tigre, de Argentina; Millonarios de Colombia y Blooming de Santa Cruz, Bolivia
El dato
Es cristiano pero no se ve como un futuro pastor
Adoptó un nuevo estilo de vida cuando tenía 24 años. Le pidió a Dios que le diera la oportunidad de vivir al máximo, cada cosa que le pase.
Se usa su imagen y su testimonio en campañas evangélicas. Siempre habla a los jóvenes para llevar una vida sana y ordenada.
Es un jugador al que el hincha de Blooming recuerda con mucho cariño. Sobresalió en varios clásicos ante Oriente marcando goles.
La despedida que le organizaron los hinchas de Blooming fue emotiva. Le entregaron plaquetas y, además, un telón con su rostro pintado.
Un goleador que ejerce varios oficios
A muy temprana edad, Hernán Eduardo Boyero comenzó a ganarse la vida. Sus antepasados han estado ligados al rubro de los fierros.
“Soy metalúrgico de familia, somos todos chatarreros, tengo el oficio de labrar y soldar el bronce y el hierro. Un testigo de esto es ‘Pimpo’ Bendeck; una vez le tuve que soldar el vehículo al presidente de Blooming”, recuerda entre sonrisas, mientras viaja al pasado y confiesa algunas de sus habilidades que le permitieron asegurar el sustento.
Una de esas facetas desconocidas es la de los trucos; algunos lo llamaban mago porque hacía desaparecer lapiceros y otros objetos, lo que le valió ganar amigos por cantidades.
Hernán Eduardo es un amante de la pesca y de la vida silvestre, por eso siempre que puede visita ríos y lagos donde disfruta de los beneficios de la naturaleza, como el aire puro.
Uno de los oficios rentables en países que difunden este rubro son los remates; el ‘Flaco’ también se metió en este mundo y sabe qué hacer a la hora del martilleo: “Estudié y me recibí de martillero y corredor inmobiliario. Y bueno, también acabo de titularme como técnico de fútbol. Trato siempre de tener herramientas de vida por si algún día o en algún momento las llego a necesitar”.
Fiel a su estilo, amable y dichadachero, para Boyero parece empezar la vida a sus 33 primaveras. Sueños y proyectos que estaban dormidos o adormecidos han vuelto a la vida, aparecen nuevas metas, pero entre todos el denominador común es Blooming: el amor de su vida.
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