Tiene tal vez el puesto más complicado y el más ingrato que puede tener un jugador en un equipo de fútbol. El arquero Romel Quiñónez jugó 90 minutos, más los cuatro que adicionó el árbitro, de una forma casi perfecta. Estuvo seguro en el juego aéreo, y muy atento a los remates de los rivales, a esto se suma que le detuvo un penal a Enner valencia y terminó siendo determinante para lograr un triunfo boliviano.
Fue un candado más que gigante, que dio garantías bajo los tres palos en la selección de Bolivia. Frente a los ecuatorianos confirmó que la Verde tiene a un excelente arquero para la próxima década.
Sus intervenciones fueron decisivas y permitieron, que Bolivia se pueda alzar con su primera victoria en el grupo A de la Copa América Chile 2015. Con este triunfo deja en una posición muy buena para avanzar a la siguiente ronda, cosa que Bolivia no logra desde 1997, año en que la Copa América se realizó en nuestro país y en el que la selección quedó en segundo lugar.
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