Todo tiene un inicio y un final. Creo que llegó la hora de decir adiós”, fueron las palabras entrecortadas de Ronald García, que ayer le confesó a EL DEBER su decisión de retirarse del fútbol, luego de 18 años de carrera profesional. El volante de Oriente, que no sabe si será tomado en cuenta, anunció que el domingo ante Real Potosí, en la Villa Imperial, será su último encuentro en la Liga. Desde la próxima temporada será el director deportivo del club del cual es hincha.
La decisión de Nacho no fue fácil, aunque hace dos meses que venía asimilando su retiro, ya que las lesiones musculares lo desgastaron anímicamente durante un año y medio, algo que antes nunca le había pasado. “Desde que volví al país (de Aris de Grecia) tuve problemas porque fueron tres meses los que esperé para quedar en libertad de acción. Luego pude jugar con Erwin ‘Platiní’ Sánchez como entrenador y también con Tito Pompei. Luego las lesiones comenzaron y todo cambió”, recordó.
García sufrió problemas en los gemelos (pantorrillas), algo que no sabía qué era porque cuando se sentía mejor volvían los dolores y debía parar de entrenar. “Era frustrante porque no entendía lo que me pasaba y por eso me caía anímicamente”, reconoció el jugador.
Fue así que el volante perdió ritmo de competencia y de esa manera su puesto, que en otro tiempo sería casi indiscutible para el fornido futbolista que se formó en la Tahuichi y que luego pasó por Bolívar (1998), antes de salir al exterior para militar en Benfica y Alverca de Portugal.
Su mejor época
En 2004 llegó a Oriente por primera vez, pero tras un corto periodo volvió e emigrar a Europa. Fue ídolo en Aris de Grecia, equipo con el que ascendió a la primera división del país heleno. Luego estuvo en el Anorthosis de Chipre. En la selección nacional tuvo un gran momento en las eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica, siendo uno de los mejores referentes de la Verde.
En 2012 regresó a Oriente, el equipo de sus amores, donde esperaba terminar de una manera distinta, pero las lesiones se lo impidieron. De cualquier manera, se va tranquilo y muy agradecido con el presidente del club, José Ernesto Álvarez, que lo ‘aguantó’ en los peores momentos. Fue el titular el que le ofreció ser el director deportivo y Nacho no dudó en aceptar porque se siente capacitado.
“No quería irme de esta forma, pero así es esta profesión. Soy un agradecido a Dios por lo que conseguí y porque fueron más las cosas positivas que tuve que las negativas”, apuntó el futbolista que vive sus últimos días de profesional; es más, mañana será su último entrenamiento.
Desde el lunes comenzará otra etapa en su vida, pues será el nexo entre la dirigencia y sus excompañeros
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