Lo que hoy vive el boliviano Ricardo Pedriel, con la camiseta del Sivasspor de Turquía, es un momento inolvidable. Se ha ganado un espacio en el equipo, ha venido convirtiendo goles y además, siente que cada vez se amolda mejor al fútbol que se practica en Europa. El montereño que jugó para Wilstermann en el país, habló de su realidad, de cómo le costó llegar a un fútbol más competitivo y de su sueño de conformar la selección que disputará la Copa América.
- ¿Cómo han sido estos años, qué evaluación hacés en lo futbolístico?
- Al principio me costó un poco, creo que fue porque llegué directo a un grande como el Steaua de Bucarest, en Rumania. Este club está siempre buscando la punta y no voy a mentir, tuve que pasar momentos duros para mantenerme porque tampoco estaba jugando. Pero ahora, gracias a Dios, todo es diferente, me entreno duro, siento la diferencia del fútbol sudamericano con el europeo y en estos tres años he logrado adaptarme. Aunque sé que todavía me falta mucho, puedo pelear con cualquiera un puesto de titular.
- ¿Por qué fue tan difícil estabilizarte en el Steaua?
- No me hacían jugar y eso obviamente que desmotiva, molesta, además que la gente en el club era un poco difícil de entender, por ahí habían algunos que no eran personas buenas. Además de eso que sentí la gran diferencia de llegar a un fútbol competitivo, porque ellos tocaban rápido y predominaba el físico. Con esa situación difícil, me dieron ganas de volverme a Bolivia, por suerte me tranquilicé, tracé mis objetivos y fui para adelante. Es que en el fútbol no se llega a nada si es que no se lucha.
- ¿Qué sacaste de positivo en esa tu primera incursión europea?
- Muchas cosas y sobre todo aprender a escuchar a la gente que tiene mayor experiencia. Me decían que esté tranquilo, que siga entrenándome al máximo, que no me meta en la cabeza las cosas que otros decían. Entendí qué cosas hacer y qué no. Si habían personas a las que no les caés, hay que seguirles la corriente, mantenerse tranquilos y sobre todo ser humilde, trabajar a full para superarse.
- ¿Después del Steaua, qué vino?
- Estando en Rumania conocí a un turco que se hizo mi amigo y que me comentó que tenía varios contactos con equipos en su país. Luego de un tiempo, vinieron a buscarme del Giresunspor, de la segunda división de Turquía, e hicieron las gestiones por mis servicios. Ellos me habían visto en los pocos partidos que jugué en el Steaua y querían llevarme a préstamo. Yo no lo dudé, no me importó si era segunda división, porque lo único que quería era jugar.
- Lo que buscabas era tu chance...
- Claro, gracias a Dios tomé esa decisión porque con el tiempo salté a un equipo de primera (Sivasspor) en el que también peleé por un puesto de titular. En segunda estuve durante una temporada a préstamo y ahora ya pertenezco al Sivasspor que compró mi ficha.
- ¿Quién hace los contactos para llegar a primera división?
- Todo se facilitó por la buena relación que había entre los dos presidentes. Entablaron una conversación de cómo venía jugando hasta que me hablaron para venirme.
- En tu club actual, ¿te sentiste cómodo desde el comienzo o fue igual de difícil como en el Steaua?
- Mucho depende de qué es lo que pretenda el entrenador con vos, si lo convencés o le gusta tu estilo, jugás de entrada, de lo contrario hay que esperar. Yo al comienzo no tuve mucha chance porque el técnico no me ponía. De todas formas seguía entrenándome bien, además que vos sabés que cuando hay jugadores con mayor trayectoria, es difícil que los saquen, por que si no, se molestan. Es que también es un riesgo, porque si por ejemplo a mí me metían y yo no mostraba coraje, lo iban a recriminar de por qué ingresaba.
- ¿Y cómo te fue en las oportunidades que te dio?
- Al principio no anduve bien porque además estuve sin jugar como ocho partidos previos, quizá porque no le inspiraba confianza al técnico. Al poco tiempo lo echaron y vino otro que me colocó desde el comienzo, y bueno, he logrado responder con goles que es lo que él quiere. Las cosas me han salido.
- ¿A quién sentaron para darte la titularidad?
- En la posición que yo juego está el capitán Mehmet Yıldız, entonces te imaginarás que no lo iban a sentar a él para meterme a mí, pero como me fue bien, el espacio lo tenía ganado. Al capitán lo colocaron de enganche y nos hemos complementado bien, creo que nos está yendo mejor a ambos.
- ¿Cuál fue tu partido clave para ganarte la titularidad?
- El primer partido al que ingresé con el nuevo entrenador, fue contra el Besiktas en Estambul. Vos sabés que este club es uno de los que siempre pelea la punta y gracias a Dios logré convertir un gol pese a que perdimos por 2-1. Terminamos atacando en ese partido y al técnico le gustó el funcionamiento. A partir de ahí ya fue otro el panorama; el técnico ahora conversa más conmigo y yo siento la confianza de él. Eso es bueno.
- ¿Te adaptaste rápido al modo de vida en Turquía?
- Siempre es difícil cuando llegás a un país nuevo, porque pese a que tenía un traductor, siempre se te complica no poder conversar a pleno con alguien que hable español. En el equipo habían sólo franceses, aunque por suerte, hace poco llegó un brasileño con el que me junto seguido para poder conversar. Eso ha mejorado las cosas.
- ¿Cómo es el fútbol turco?
- Hay muchos jugadores que tienen calidad, resistencia y mucha fuerza. Esto te obliga a esforzarte para estar al nivel de ellos.
- ¿Vos cómo le hiciste para no quedarte atrás?
- En realidad desde que salí de Bolivia y al momento de llegar a Rumania, comenzaron a darme en el club jugos y vitaminas. Las cosas que me faltaban las compraba yo, además de hacer trabajos especiales para ganar en masa muscular y en resistencia.
- ¿Cuál fue tu mejor partido con la camiseta del Sivasspor?
- Creo que el último, ante el Kayserispor. Es que marqué como el técnico me lo había pedido, la verdad no sé de dónde saqué tantas fuerzas, porque además estaba emocionado, metido a pleno. Es que ganar era importante para nosotros (su rival es uno de los de punta), fue por eso que corrí como loco y encima marqué el gol de la victoria. Me quedo con ese partido, más allá de que antes le había marcado tres goles al Karabukspor. No voy a negar que a veces uno necesita un poco de suerte, es decir, que la pelota te quede a vos para que la punteés y vaya para adentro. Pero vuelvo a repetir, me quedo con el último partido.
- A otro tema. ¿Cómo ves a Gustavo Quinteros como seleccionador?
- Es una persona seria, con bastante experiencia y los títulos que ha ganado así lo demuestran. Sabe lo que hace y todos confiamos que las cosas le salgan muy bien. Hablé con él antes de que vengan para Turquía para el amistoso ante Letonia y después algo más aquí.
- ¿En qué medida te entusiasma la selección?
- Me emociona bastante, porque siempre es un orgullo defender la camiseta de la selección nacional. Saber que llevás el escudo en el pecho y que miles de bolivianos te están mirando, te dan más ganas.
- ¿Se puede llegar a Brasil 2014?
- Te digo la verdad, el jugador boliviano es muy bueno, con mucha técnica, no tiene nada que envidiarle al resto. Cuando uno quiere hacer las cosas bien y se esmera para ello, lo logra. Hay que darse siempre al máximo y todo sale. El sueño de volver a estar en una Copa del Mundo, depende del esfuerzo de todos. Yo conozco a casi todos los jugadores que vinieron a Turquía y todos tienen calidad.
- ¿Ayuda el hecho de tener una plaza más para Sudamérica?
- Sabemos que todos los partidos de las eliminatorias son complicados, porque nadie te regala nada, al fin de cuentas defienden la camiseta de su país. Todo es duro, pero si se abrió una chance más, bienvenido. Pero voy a insistir en algo: las posibilidades siempre están y depende de cada uno, del esfuerzo, de correr, marcar, estar siempre concentrados, sólo así se marcará la diferencia.
- A tu criterio, ¿por qué cuesta que un boliviano juegue afuera?
- Mirá, yo he visto acá al boliviano como lo miran, cuando se refieren a un compatriota nuestro como futbolista, siempre se ve lo malo, aparece la desconfianza. No pasa lo mismo, por ejemplo, cuando se refieren a un brasileño que por más que esté jugando en la quinta división de su país, tiene mayor preferencia a la hora de la contratación. Pero te vuelvo a repetir, el futbolista boliviano no tiene nada que envidiarle al resto, tenemos muchas cosas para dar y es necesario convencerse de eso.
- ¿Falta fortaleza mental?
- Eso depende de cada jugador, porque si él se prepara al 100% en la previa y da todo de sí en los partidos, te aseguro que será otra cosa. Es necesario estar concentrados, metidos de lleno en el partido y las cosas saldrán. Al fin y al cabo tenemos dos brazos, dos piernas y no hay por qué ser menos que nadie. Además, el boliviano tiene coraje, algo que es importante.
- ¿Te entusiasma poder estar en la Copa América en Argentina?
- Si Dios y la Virgen quieren, me gustaría estar ahí y es por ello que estoy trabajando duro. Sé lo importante del torneo para todos los de nuestro continente y si se da la oportunidad, hay que aprovecharla al máximo.
- La última, ¿te dolió el descenso de Wilstermann el año pasado?
- Fue una verdadera pena; tenía jugadores buenos, pero al final acabó yéndose. La verdad no entiendo qué pasó, aunque esto no es de ahora, venía desde hace tiempo y todo termina teniendo su efecto. Cuando no hay apoyo desde el presidente, uno solo jamás puede.
Las frases
“Quinteros es una persona seria, con experiencia y los títulos que consiguió lo demuestran. Confiamos en que le irá bien”
“El futbolista boliviano no tiene nada que envidiarle al resto; tiene calidad y ténica, mejor que muchos otros”
“Cuando no jugaba en el Steaua en Rumania, me dieron ganas de volverme; por suerte me tranquilicé y seguí”
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