Daniel Vaca Tasca ya es un símbolo y referente de The Strongest. Y a sus casi 40 años (Santa Cruz de la Sierra, 3 de noviembre de 1978), por ahora el retiro de las canchas no se le pasa por la cabeza; por el contrario, físicamente se siente bien y tiene en planes jugar unos años más, aunque no dice cuántos.
Ya está 8 años en el Tigre —llegó en diciembre de 2010— y es titular indiscutible, con todo lo que ello significa.
Además, desde el domingo —con el partido frente a Destroyers en Santa Cruz— ha ingresado en la historia del club como el arquero atigrado con más presencias: 297 encuentros, a una nada de los 300 que ya vienen, superando los 296 de Luis Esteban Galarza, otro histórico en el pórtico atigrado.
— ¿Cómo te encuentras a días de cumplir 40 años?
— El nuevo cumpleaños me pilla en excelentes condiciones más allá de la lesión que sufrí a comienzos de este año (en febrero se fracturó el maléolo posterior de la tibia, tobillo izquierdo), que fue lo más duro que me pasó; estoy bien y con ganas de seguir aportando al equipo, que es lo más importante y también trato de alargar mi carrera porque me siento bien, con ganas de trabajar, de entrenar, además me cuido desde la alimentación para estar bien.
— La mayoría de los jugadores de fútbol, salvo casos excepcionales, a los 40 están retirados...
— Hay jugadores que se han retirado mucho antes de pisar los 40. Por ahí el tema del arquero es diferente, a esa edad aún está en un alto nivel. En mi caso vengo demostrándolo partido tras partido, con virtudes, con errores, con defectos, porque somos humanos.
— Entonces, por lo que me dices, el retiro no te ha pasado por la cabeza.
— Para nada. Es que en realidad los años van pasando, uno se va dando cuenta y va viendo detalles de arqueros grandes que han jugado hasta esta edad y la experiencia te ayuda; o sea, ves las cosas desde una óptica diferente de lo que es el puesto; antes decía ‘voy a jugar hasta los 33’, después ‘hasta los 35’, pero luego estás cerca de los 37 y ves las cosas diferentes.
— Tu buen momento en el Tigre lleva buen rato y eres dueño del arco desde tu llegada, ¿qué te avala?
— Creo que los números avalan la regularidad, lo que uno ha conseguido y lo que ha aportado. Sé que no soy un arquero 10 puntos, pero tampoco un 5; en todo caso, el enfoque siempre está en el objetivo grupal, en querer ganar títulos y apoyar a los demás.
— ¿No hubo ningún arquero, de los que llegaron, capaz de quitarte el puesto?
— He tenido como compañeros arqueros extranjeros, por supuesto arqueros nacionales; pero he luchado el puesto lealmente, nunca he tratado con mala intención a un compañero, a un colega. Roces pueden haber, pero siempre he realizado mi trabajo con la intención de aportarle al equipo.
— ¿Qué significa ser el arquero con récord de presencias en el club?
— Uno no se da cuenta de lo que consigue y siento que puedo dar más; me llena de orgullo, porque no ha sido fácil, no todo es alegría, he vivido momentos duros y la gente por ahí no sabe.
— ¿El fútbol te ha dejado muchos amigos?
— Muchos, pero prefiero no hacer una lista para no olvidarme de nadie.
— ¿Y también enemigos?
— Creo que dentro y fuera de la cancha no le he hecho mal a nadie y si alguna vez ha pasado algo, no fue con mala intención. No me llevo mal con nadie, obviamente a unos les puedo caer y a otros no.
— ¿Tu familia te dice algo sobre el momento que vives, de estar cerca de los 40?
— Mi padre, mis hermanos, mi madre a la distancia están siempre preocupados por el tema físico, me dicen que no me descuide en los pequeños detalles, que ahora a mi edad son importantes y uno es consciente de lo que está viviendo; pero aquí, en casa, mi esposa y mis hijos cada día me despiden al entrenamiento, saben que me voy a trabajar, que voy a buscar una alegría más para ellos y eso me llena de fuerzas para demostrarles que papá puede todavía.
— ¿Y a esta edad también te motiva enseñar a los más jóvenes del equipo?
— Es así, a veces se nota porque lo hacemos dentro de la cancha, otras veces no porque estamos sentados en una mesa del desayuno. Trato de aconsejar como lo hacen también otros compañeros porque nosotros hemos vivido más años en el fútbol.
— ¿Junto con Pablo Escobar, que también ya cumplió 40, cómo se llevan con el resto del grupo?
— La verdad es que hay buena onda con los más chicos en los entrenamientos, en los partidos, porque el fútbol no es fácil y eso les inculcamos cada día. Cuando hay que llamar la atención lo hacemos y cuando hay que aplaudir a un compañero también, no tenemos problemas con nadie y tampoco ningún compromiso.
— ¿Es cierto eso que dicen que son una familia?
— Nosotros lo vemos como una familia. Cuando tenemos que recriminarnos lo hacemos adentro. Creemos que eso suma porque no es lo mismo estar hablando por la espalda, estar mandando mensajes en mala onda. Creo que eso nos ha llevado a mejorar como personas y después como jugadores.
— Ocho años en el club, cinco títulos, cerca de jugar la octava Copa Libertadores consecutiva, ¿ya eres hincha del Tigre?
— Los ocho años en The Strongest han sido los mejores de mi carrera. Siento mucho amor por esta camiseta que ha crecido día tras día. Quiero regalar alegrías a la hinchada y sumar títulos para la institución; además he sido consecuente porque he tenido ofertas de otros clubes y las he dejado de lado, sin importar que alguna vez me iban a doblar el sueldo.
— ¿Te gustaría acabar tu carrera en The Strongest?
— La verdad es que uno va apuntando a eso, cerrar mi carrera en The Strongest, pero aún tengo mucho por dar, así que lo que puedo hacer es mejorar cada día. Aún no he pensado en el retiro, pero soy consciente de que esto se puede acabar mañana o quizás en unos tres años más, uno no sabe; entonces trabajaremos para que sea un poquito más largo.
— ¿Hasta cuándo es tu contrato?
— Renové en junio hasta diciembre de 2019, así que tenemos todavía un poquito más que darle al Tigre.
— ¿El número 19 ya es una marca de Daniel Vaca?
— Con ese número debuté en Blooming en 1999 y estaba por cumplir 19 años. También fue porque Daniel Vaca no era arquero, era 9 antes y viendo que los arqueros siempre utilizan el 1, fusioné el 1 con el 9, fue así que salió el número de la camiseta.
Alguna vez cambié, me tocó jugar una Copa Libertadores con el 1, por un tema de logística con los números de los arqueros. Varios compañeros, además, me pidieron esa camiseta, pero les decía que por contrato yo uso la 19.
Junto a Hamlet Barrientos. Foto: Facebook Daniel Vaca
Antes era colega, ahora, su profesor
Una de las cosas más curiosas y más graciosas que le pasó a Daniel Vaca en 19 años de carrera profesional es que el actual preparador de arqueros del Tigre, Hamlet Barrientos, fue su compañero en San José y en varias selecciones nacionales de menores, pero ahora es su entrenador.
Barrientos cumplió 40 años el 8 de enero de este año, o sea es mayor que Vaca solo por 10 meses.
Para el ahora preparador no pasa desapercibido ese tema. “Claro que hemos compartido equipo, soy mayor por unos meses; pero siempre hemos tenido muy buena relación”.
Daniel recuerda: “Hamlet fue mi compañero en San José, en selecciones bolivianas Sub-17, Sub-19, Sub-21 y Sub-23, y ahora tenerlo de mi profesor suena un poco gracioso”.
“Había tanta camarilla entonces, que me sacaban a mí y lo dejaban a Hamlet”, bromea.
Un tiempo perdieron contacto, pero volvieron a reencontrarse cuando César Farías llegó en abril de 2016 para dirigir al club. El venezolano vino con su equipo de trabajo e incorporó a Barrientos en su cuerpo técnico.
Vaca reconoce, sin embargo, que su otrora compañero “es un tipo que cada día quiere más, que quiere sacar lo mejor de cada arquero”.
En el trabajo “nos mete presión en cada entrenamiento para no hacerlo aburrido, para no hacerlo monótono y no repetir lo mismo siempre. Su trabajo es importante en el día a día y también a la hora de aportarle al equipo en los partidos”.
A partir de la labor que desempeña Barrientos en el cuerpo técnico de The Strongest, destaca la importancia de lo que significa tener un preparador que se dedique a esa tarea específica, y también podría ser parte de su futuro.
“La verdad es que una vez que me retire me gustaría ser entrenador de arqueros, aunque en nuestro fútbol no se le da la importancia debida. Creo que recién ahora, después de mucho tiempo, los clubes están apoyando a los cuerpos técnicos con un entrenador de arqueros”.
Insiste en que es un cargo que debería ser más reconocido y habría que darle mayor importancia, porque “sin lugar a dudas suma en el trabajo de los cuerpos técnicos en la búsqueda de los objetivos grupales”.
Para ello, si llega el momento, también quiere estar bien preparado.
Como anécdota, Daniel Vaca cuenta que un prestigioso entrenador de arqueros de nuestro país, del que prefiere mantener en reserva su nombre, “me dijo que deje de jugar y que me vaya de su entrenador de arqueros”.
La respuesta fue un no, “aparte le dije que el entrenador de arqueros es el que mejor gana, de ayudante de campo por lo menos. Es un técnico muy conocido, así que más adelante vamos a ver qué es lo que sucede”.
Sergio Galarza (der.) junto a Daniel en una de las varias convocatorias de la selección nacional. Foto: Archivo-La Razón
La selección nacional no es un tema cerrado
La selección nacional no es tema cerrado para Daniel Vaca, a pesar de que hace dos años —noviembre de 2016— fue llamado por última vez para los partidos con Paraguay y Venezuela, por las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de Rusia 2018.
Muchas veces se quedó fuera porque nunca tuvo pelos en la lengua y criticó duró a la dirigencia; pero cree que puede seguir dándole cosas importantes a la Verde desde su posición de arquero.
“Pienso que todavía puedo aportarle a la selección, no obstante de que tenemos buenos arqueros, porque en mi última convocatoria dejé todo en la cancha como siempre lo he hecho”.
Es consciente de que por su forma de ver las cosas y decirlas se quedó fuera en varias oportunidades.
“Lamentablemente por la idiosincrasia de nuestros dirigentes, en el mejor momento de mi carrera no fui convocado, y eso porque había intereses personales que iban por encima del sentimiento de un boliviano de representar a su selección”.
Así como varias veces no fue llamado “en el momento preciso”, porque “sentía que debía estar y no estaba”, en otras oportunidades —cuando menos lo esperaba— “me convocaban; muchas veces pensé que era una llanta de auxilio, lo dije en su momento, cuando ya no habían arqueros recurrían a mi persona”.
Por eso —dice— las cosas siempre fueron complicadas para él, aunque “siempre he depositado mi fe en Dios, para que él decida cuándo tienen que convocarme, porque nunca tuve padrinos, nunca tuve alguien que abogue por mí en ningún equipo y en ninguna selección. Creo que el trabajo que ha realizado Daniel Vaca con diferentes cuerpo técnicos, con diferentes entrenadores de arqueros, ha caído en cada convocatoria por su propio peso; pero de eso ha pasado mucho tiempo”.
Recuerda que cuando le tocó estar, siempre respondió y lo hizo “con trabajo y con humildad”.
En la actualidad “yo no puedo estar exigiendo selección, pero si soy convocado el aporte que puedo dar, independientemente de si juego o estoy en el banco de suplentes, puede ser importante, apoyando a los demás”.
La experiencia que ha recogido en 19 años de carrera profesional, el haber compartido con varios entrenadores, con varios colegas, también puede ser valioso a la hora de aconsejar a los arqueros que vienen por detrás.
Reconoce que no habló del tema selección con César Farías, técnico de The Strongest y también de la Verde; “Nosotros estamos contentos de que lo hayan designado a Farías, porque lo vivimos adentro y en el día a día con él en The Strongest; pero si vos preguntas a los que están ahora, te van a decir que el trabajo es diferente en relación al que vienen haciendo en sus clubes”.
En todo el tiempo que juego —añade—, desde que trabajo con Farías, día a día aprendemos cosas diferentes, son pequeños detalles que la gente no sabe, no los ve, no los vive, todos los entrenamientos son intensos y la verdad es que yo sigo aprendiendo, porque hay trabajos que en 19 años de carrera no los había hecho y los plasmamos en cada partido.
“Me pongo a aplaudir desde el arco cuando nos sale un gol que lo hemos trabajado durante la semana”.
Dice que se hace buena labor, “por eso molesta cuando quieren ensuciar nuestro trabajo y creo que eso no se lo voy a permitir a nadie, porque a nosotros nadie nos ha regalado nada; nosotros, como siempre lo hemos hecho, vamos a hablar dentro de la cancha, tratando de hacerlo con fútbol, con ritmo de juego y veremos qué es lo que recibimos al final”.
Su deseo es cerrar el tema de la selección nacional en su carrera “de buena manera”.
Mucha gente futbolera en el país, hincha de The Strongest y también de otros clubes, considera que es el mejor arquero de Bolivia, pero él lo toma con calma, con humildad y no se refiere al tema.
Estar cerca de cumplir 40 años lo ha llenado de vitalidad y de ganas de aportar no solo a su club, sino también al equipo de todos.
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