miércoles, 3 de octubre de 2018

Limberg Gutiérrez: ‘Mi único nexo con el fútbol es ver consagrarse a mi hijo’



Alejado del fútbol en gran medida, porque no eligió ser entrenador, tampoco tiene una escuela de fútbol y de paso asiste muy poco a ver los partidos del torneo boliviano, solo cuando sabe que su hijo Limberg Gutiérrez Mojica tendrá chance de jugar, Limberg Gutiérrez —El Bomba— dobló la página de su relación con el deporte en el que durante muchos años fue figura.

El notable exfutbolista de varios equipos, entre ellos Bolívar, integró el 18 de septiembre el combinado de figuras del pasado que se midió con la selección de 1993 en homenaje a los 25 años de la clasificación de Bolivia al Mundial de Estados Unidos 94. Ese día, El Bomba arrancó aplausos con un golazo y otras acciones, como si el tiempo no hubiera pasado, salvo los kilos demás que lo delatan...

— ¿Vienes poco a La Paz?


— En La Paz estuve el año pasado, cuando el Club Bolívar tuvo la gentileza de recordarse y me distinguió. Ahora vine para rendir homenaje a una selección boliviana como la de 1993, que nos dio mucho orgullo con la clasificación.

— ¿Qué actividad tienes en lo personal?


— Trabajo, trabajo y más trabajo en los negocios particulares que tengo. Los atiendo personalmente para que puedan salir adelante. Nada de fútbol, son actividades que atiendo con mi familia, que gracias a ello nos permite estar más unidos y tranquilos en todo aspecto.

— ¿Pero te mantienes ligado al fútbol mediante otras actividades?


— No, nada, nada de nada. No tengo ni escuela ni hice el curso de entrenador, ni nada de eso. Para ser sincero, mi único nexo con el fútbol es ver consagrarse a mi hijo. Después, es cada vez menos. Alguna vez jugamos con los compañeros de fútbol, como en esta oportunidad.

— ¿Es un alejamiento prácticamente radical?


— No, no sé, lo que pasa es que el fútbol para mí ya pasó, todo lo que ocurrió ya fue. Desde hace años quiero ver para adelante y sobre todo apoyar a mis hijos para que puedan surgir, porque ahora ellos son lo más importante.

— ¿No sientes nostalgia de lo que has vivido?

— Seguro, ese año que dejé de jugar y unos meses más me la pasaba extrañando todo, desde ya no entrenar, los partidos, y todo; pero desde que solo pichangueo alguna vez, ya no. Yo soy exjugador y entonces se debe hablar de quienes están en vigencia.

— Entonces hablemos de tu hijo y las perspectivas que le ves, friamente

— Es un gran jugador, solo espero que tenga continuidad y empiece a arrancar de una vez. Me encontré estos días con él, estuvimos hablando y viendo cómo le está yendo. Me gustaría acompañarlo más, disfrutar y verlo jugar porque tiene talento, pero también me doy cuenta de que necesita su espacio, crecer, exigirse, pasar lo bueno o malo, y por eso solo espero que le llegue su momento. Solo deseo que se consagre de una vez, que encuentre su propio destino. Ojalá Dios quiera que todo salga bien.

— ¿Limberg Junior será el ‘otro Bomba’?

— En realidad yo lo veo muy distinto a lo que fui. Si bien tiene un buen remate, pero con zurda, yo lo veo muy distinto de lo que fui. Tiene buen cambio de ritmo, mayor velocidad, visión de juego, tranco más largo, tiene mejores movimientos. En muchos aspectos es mejor y diferente y a mí, me agrada eso porque no tiene que ser como yo, sino con su propio talento y capacidad.

— ¿Si es así, entonces tendría mejor futuro?

— Espero que sí, le sigo recomendando que se entrene al máximo, que todo lo que haga siempre sea dando lo mejor. Yo pienso que en algún rato llegará su oportunidad, como a todos nos pasó, y desde ahí es cuando debe levantarse y comenzar a tener continuidad y consolidarse para agarrar confianza.


— La afición quiere saber de vos también. ¿Qué gratos recuerdos tienes de tu paso por la selección?

— Debuté en la selección boliviana en un amistoso, incluso antes de hacerlo en un club, luego recién lo hice a nivel profesional. Eso no se da casi nunca, pero en mi caso ocurrió por el apoyo que el profesor Xabier Azkargorta le daba a la gente joven de antes.

— ¿Cómo recuerdas tu paso por el fútbol?

— Fueron años hermosos los que me tocó vivir. Tuve buenos compañeros, buenos entrenadores, estuve en los equipos más renombrados del país como Bolívar, The Strongest, Blooming y Oriente. No me quejo; pudo ser mejor, pero yo siempre fui feliz.

— ¿Blooming fue algo especial en tu carrera?

— Un grato cariño, porque en Blooming jugamos desde la Copa Simón Bolívar, cuando nos tocó ascenderlo nuevamente a la Liga y luego ganamos dos campeonatos seguidos, un bicampeonato que no se pudo repetir.

— ¿Qué jugadores de tu época recuerdas en los inicios de tu carrera?

— Fueron muchos con quienes comenzamos, está Pelecho (Raúl) Gutiérrez, Raúl Justiniano, el Gato (José Carlo) Fernández, son muchos de esa época que empezamos. Milton (Melgar) fue el mayor de quien aprendimos mucho en la Liga y en la selección.

— ¿Darwin Peña, que aún sigue, es de tu época?

— Sí, vi que todavía está en algunos partidos y es un ejemplo para todos los chicos de que si te propones puedes estar muchos años en el fútbol. Él es de una época como la mía y sigue dando muestras de mucho trabajo. Siempre fue seguro de lo que quería.

— ¿Y qué pasa con Bolívar y tus recuerdos?

— Bolívar fue y es un club que siempre fue de primer nivel en Bolivia. Ahora, Dios quiera que todas las cosas le salgan bien a mi hijo que está ahí. Estoy esperando que de una vez se consagre.

— ¿Pero en el caso tuyo, cómo evocas tu paso por la Academia paceña?

— Jugar en Bolívar fue uno de los mejores momentos de mi carrera futbolística, creo que ganamos tres títulos. Siempre tuvo a los mejores jugadores y peleando en la Copa Libertadores y la final de 2004 en la Sudamericana.

— ¿Qué significó para ti el Nacional de Uruguay?

—Fue algo muy distinto cuando me tocó ir a Uruguay, porque fue como que representabas a todo un país. Y lograr el campeonato fue algo inolvidable, porque ser campeón en otro país es un gusto aparte. Eso me hizo crecer bastante en mi carrera durante años posteriores.

— ¿Por qué no vas seguido al estadio?

— Como le dije, estoy un tanto alejado, alguna vez voy, pero estoy más metido en mis negocios y tratando de seguir lo que hace mi hijo, que es en realidad mi único lazo con la actividad futbolística.

— ¿Qué opinión te merece el fútbol boliviano actualmente?

— Hoy en día se nota que nos falta mucho, sobre todo los recambios de futbolistas. Pienso que debemos trabajar bastante en las divisiones menores para que todo pueda mejorar en adelante. Desde hace años que Bolívar y The Strongest han estado haciendo bien las cosas, son protagonistas constantes igual que Wilstermann ahora.

— ¿Y qué crees que está pasando con el fútbol cruceño que no arranca?

— No están apostando, creo que los clubes cruceños no tienen gran apuesta y por eso no les está yendo bien. Si ellos traen entrenadores y jugadores competitivos, la ACF debe hacerles jugar.

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