Era sabido que en la Academia los capitanes eran tres: William Ferreira, Nelson Cabrera y Flores. Al lesionarse el delantero uruguayo, el cintillo pasó al brazo del zaguero paraguayo.
Cabrera fue expulsado y no jugó los dos últimos partidos del torneo Apertura y en vez de que Flores sea el capitán de cancha apareció en esa función el zaguero Ronald Eguino, tanto frente a Real Potosí como a Blooming. El mediocampista celeste, que hace tiempo fue capitán en varios encuentros, dijo su verdad.
“Primero: fui yo quien decidió no ser ni segundo ni tercer capitán del equipo, en su momento seguramente tocaremos el tema y lo aclararé, pero pasaron muchas cosas”. Dejó en claro que “no es nada con el grupo de compañeros, pues incluso ellos me pidieron que continúe llevando el cintillo, aunque les expliqué algunas cosas y me entendieron”.
Luego prosiguió: “No me agradó lo que pasó a tiempo de firmar mi contrato, cosas que no las esperaba y que ni siquiera se me vinieron a la cabeza en algún momento. Pero en este mundo sucede de todo”. Agregó que no pensó en que quienes están a cargo del club “me hicieran algunas cosas” e insistió en que “más adelante” las hará públicas, “porque la gente (en alusión a la afición que sigue a la Academia) tiene que conocer acerca del tema”.
El asunto —según trascendió en filas celestes— tiene que ver con que la dirigencia y BAISA SRL., que está a cargo de hacer los contratos y pagarlos, le prometió firmar en términos acordados entre las partes que a la hora de la verdad no los respetó. Para Flores la renovación era importante, porque —según anunció cuando estaba en negociaciones— se trataba de la última parte de su carrera antes de despedirse del fútbol.
A pesar de lo ocurrido, no ha cambiado su actitud dentro de la cancha. “Siempre trato de ayudar al plantel, de darlo todo, de orientar a los jóvenes, inculcar a los compañeros a ir adelante en cada cotejo. Para todo eso no tengo necesidad de ser el capitán”.
Incluso mantiene lo que dijo hace tiempo, que lo mejor que le pasó fue llegar a Bolívar, después de haber transitado por otros clubes del país. “Lo sigo sosteniendo, es lo mejor que me pasó en lo futbolístico y no llevar el cintillo no altera para nada mi forma de pensar, al contrario, esto me da muchas más fuerzas, más motivación para demostrar dentro de la cancha que puedo ser un aporte para el grupo”.
Tampoco ha cambiado su determinación de que 2016 será su último año como jugador profesional. “Sí, siempre fui un hombre de palabra, anuncié mi retiro para el año que viene y lo sostengo, eso no cambia pese a que me siento bien, voy creciendo y mejorando día a día”.
Insistió en que “a nivel dirigencial hay cosas que dan mucho para pensar y que me sucedieron, pero a Bolívar le quiero seguir aportando, al igual que todos mis compañeros, con quienes pensamos en lograr el tricampeonato. Queremos darle esa satisfacción a la gente que se merece esto, al igual que a don Marcelo Claure (presidente de BAISA SRL.), porque creo que a la cabeza de él hemos conseguido tantas cosas para el club y estamos ahora cerca de otro objetivo. Dios quiera que se dé”.
En diciembre de 2016, dentro de un año, dejará de ser jugador, “y en este tiempo que falta empezaré a capacitarme porque quiero enseñar y formar jugadores. Entiendo que solo capacitándose uno puede aspirar a ello, incluso por qué no pensar en dirigir a algún plantel, al propio Bolívar o a la selección. Uno debe aspirar siempre a lograr objetivos grandes, porque como aprendizaje el fútbol te deja eso”. Flores no podrá jugar el próximo partido de Bolívar debido a que está suspendido por tarjetas amarillas.
Los datos
Orureño
Wálter Flores nació en Oruro el 29 de octubre de 1978. Está casado con Carla Torrejón. Sus hijos son Sebastián (10 años) y Nicolás (2).
Trayectoria
El mediocampista de Bolívar jugó antes en San José, Real Potosí y The Strongest. También en la selección.
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