Sánchez, el “Platiní” de Los Andes quiere triunfar como DT

Erwin Sánchez, uno de los mejores futbolistas bolivianos de la historia, se enfrenta al desafío de triunfar como entrenador en el Boavista, el club en el que ganó como jugador los dos principales torneos portugueses, la Liga y la Copa.

Erwin Sánchez Freking (Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, 1969) asume por segunda vez el banquillo de su querido Boavista. Nada más colgar las botas, en la campaña 2003-2004, dirigió a los “ajedrezados” seis meses, con un balance de nueve triunfos, diez empates y seis derrotas en 25 encuentros del campeonato luso. Sánchez tuvo que dimitir en marzo de 2004 como entrenador por “falta de condiciones”, como anunció con pesar el todavía presidente de la entidad, João Loureiro, que volvió a llamarle para suplir la salida del exinternacional luso Petit.

Su nueva etapa en el club con sede en Oporto servirá también para sacarse la espina que tiene en su carrera como entrenador. Dirigió con más pena que gloria al Oriente Petrolero (2012) y a la selección boliviana (2006-2009), a la que no logró clasificar al Mundial de 2010.

En su último club, el Blooming boliviano, obtuvo el pasado agosto su primer logro, el torneo de invierno Copa Cine Center.

Ahora asume la dirección del Boavista, que marcha decimoquinto en la Liga, con solo 9 puntos, a dos de la zona de descenso de categoría.

El club, que comparte el honor de haber sido campeón liguero con los tres grandes (Benfica, Oporto y Sporting) y con el Belenenses

Este domingo será su primer test liguero ante el Arouca, aunque aún no se sabe si se sentará en el banquillo debido a cuestiones burocráticas.

Dadas las condiciones, el calado del desafío es notable para Erwin Sánchez, cuyo nombre ya es historia dorada del fútbol luso, en el que jugó 13 años, diez en el Boavista, dos en el Benfica y uno en el Estoril.

Como internacional, el ‘Platini’ de Los Andes pasó a la historia de Bolivia al marcar el primer (y único) gol del país en un mundial de fútbol, al anotar frente a España en una derrota por 3-1 en la fase de grupos del torneo de 1994, en Estados Unidos.