En 2003, aún siendo un cachorro, Alejandro Chumacero vibraba en las graderías del estadio Hernando Siles viendo a The Strongest obtener el bicampeonato del fútbol boliviano; ocho años después, él fue una de las figuras del Tigre que reeditó ese doble título (Apertura y Clausura) durante la temporada 2011-12.
De ser un proyecto en la escuela gualdinegra, pasó a la realidad que vive hoy esta nueva figura del fútbol boliviano, un joven e infatigable volante mixto, porque tiene marca y llegada, que tras despuntar en The Strongest en el ámbito liguero, el año pasado debutó a nivel internacional en la Copa Sudamericana frente a Olimpia, este año jugó su primera Copa Libertadores de América y de paso se estrenó de la mejor manera con la selección boliviana en las eliminatorias mundialistas.
“No sé si es especial este año. Siento en mi corazón que cada temporada que pasa desde que estoy en el Tigre es especial, será porque amo a este club que me abrió las puertas, porque en él voy aprendiendo y mejorando, que de a poco me da la oportunidad de jugar también en la selección. Siento que todo lo que vivo en el Tigre es bueno”, sostiene Chumacero.
Es un agradecido a Dios y sostiene que el Todopoderoso le puso en este camino exitoso, donde vive con alegría, trabajando para progresar cada vez más en el fútbol.
Si su imagen y su juego crecieron enormemente y es portador de una proyección futbolística para rato, él asegura que no cambió para nada como persona, porque sigue sencillo, humilde y por como es cree poco probable que se le suban los humos.
Tuvo un ascenso meteórico en su carrera deportiva. Hace casi una década veía los partidos, alentaba al equipo y vibrando con jugadores de la talla de Mauricio Soria, Sandro Coelho —quienes fueron después sus entrenadores— y otros históricos. En cambio, a pesar de su juventud, ahora es uno de los referentes del Tigre bicampeón.
“Disfruto de este buen momento. No tengo por qué cambiar cómo soy en casa, porque sigo siendo igual como hijo y como padre de familia. En el fútbol, voy a procurar seguir mejorando”.
Chumacero admite , sin embargo, que su vida no es la misma desde hace algunos años, porque ahora en la calle no sólo lo reconocen los atigrados y lo saludan y alientan, también los rivales.
“En el último paro de transporte algunas personas me decían en la calle: ‘Chumita, pasate al Bolívar’. Y otras: ‘No, cómo pues’. En todo, caso siento el cariño de todos. Lo bueno es que en mi mente sólo está el aportar al fútbol boliviano”.
Su carrera ha evolucionado rápido: “Eso pasa cuando uno de verdad quiere lograr algo. A veces hasta la necesidad que tienes que en tu casa no falte nada, hace que te esfuerces, te disciplines y le metas empeño. Pienso en mi familia y es lo que más me motiva”. Haría cansar a SoriaSimilitudSon odiosas las comparaciones, pero con sentido del humor, Sandro Coelho sostiene que Chumacero haría cansar a un hombre tan resistente como lo fue Vladimir Soria en la cancha.
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