— ¿Es un cumpleaños especial o uno más?
— Sí, es especial, porque cumplo 34 y porque me encuentra con buena salud, con la posibilidad de seguir haciendo lo que me gusta, que es jugar al fútbol. Mi familia está bien, gracias a Dios, entonces estoy feliz por todo.
— ¿Cuántos años más lo veremos jugando?
— Todo tiene una etapa en la vida. Tengo un año más de contrato con Bolívar y espero jugar un par de temporadas más. El tiempo y Dios dirán hasta cuándo puedo estar en las canchas. Felizmente no he tenido lesiones serias, así que espero seguir por este camino, porque aún siento ganas para entrenarme, pese a que para ningún jugador es linda la primera etapa de trabajo de cada año, que es la pretemporada. Felizmente ya termina y me siento listo para afrontar lo que viene.
— ¿Está en su mejor momento futbolístico?
— Me siento bien y con ganas de seguir jugando. Todavía siento la pasión para seguir y sobre todo el apoyo y la fuerza que me brindan mi esposa Eva (Antelo) y mis hijos Luis (12 años), María Fernanda (11) y Matías (3). Ellos son el aliciente y la fuerza para continuar jugando.
— A estas alturas de su carrera, ¿se siente realizado?
— En el fútbol me siento realizado por todo lo que conseguí, jugué fuera del país, estuve en varias selecciones, logré los propósitos y objetivos que me tracé, salí campeón en los clubes que estuve. En el fútbol creo que cumplí.
— ¿Es cierto que le gustaría ser técnico cuando se retire?
— Sí, más adelante me gustaría ser entrenador y para ello me voy a preparar; pero mi prioridad hoy por hoy es terminar bien mi carrera como jugador. Si las condiciones se dan y hay posibilidades para hacerlo, me agradaría que sea en Bolívar; si no lo haría jugando en algún club de Santa Cruz.
— ¿El paso inicial para ser DT es su escuela de fútbol?
— Es un proyecto que comencé la pasada temporada y que está en constante crecimiento. Tenemos alrededor de 40 niños y esperamos seguir subiendo el número de alumnos. A través de esta escuela quiero darles la base de formación, al igual que la confianza a los papás para que se animen a que sus hijos sean futbolistas, así que siempre estoy tratando de mejorar en los métodos de enseñanza.
— ¿Eso es parte de lo que le falta al fútbol boliviano para crecer?
— Creo que hace mucho tiempo que venimos hablando de lo mismo, de falta de infraestructura, divisiones inferiores, etcétera. Es el mismo cuento, el de toda la vida. Es decir, nos falta todo. Hay que hacer una profunda evaluación, plantear soluciones reales, no proyectos que queden simplemente en planificaciones, hay que hacer algo concreto y real.
— Está por comenzar una nueva temporada, ¿cómo está Bolívar?
— Creo que todo proceso significa cambio. Se está trabajando con muchas ganas, voluntad y esfuerzo. Siempre es bueno cambiar de mentalidad, de métodos, porque aquello beneficia al grupo y también de manera individual. Sabemos que acá (en Bolívar) siempre hay que luchar por las posiciones de privilegio, pelear por el título, así que ese será el objetivo de todos.
— ¿Empezando por ganar el clásico del sábado?
— Lógico, siempre uno quiere partir ganando, estamos todavía en la etapa de preparación, pero sabemos lo que significa un clásico tanto para la hinchada como para el plantel, enfrentamos al rival de toda la vida y esperemos comenzar ganando.
— ¿Todavía le ilusiona jugar en la selección nacional?
— Nunca le voy a decir no a la selección. Si en algún momento dije que no podía asistir, fue por razones familiares, porque atravesaba un momento importante y delicado al interior de los míos, y tuve que renunciar; pero hoy tengo que continuar trabajando y seguir creciendo porque el fútbol es eso. Espero ser convocado de nuevo y, si es así, junto a los que estén, conseguir resultados porque aún hay mucho por recorrer en las eliminatorias.
— ¿Cuál es su deseo de cumpleaños?
— Quiero terminar bien mi carrera sin manchar mi trayectoria que hasta ahora ha sido muy positiva. Y fortalecer mi escuela de fútbol, quisiera que salgan chicos para jugar a nivel profesional.
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